TORREÓN, COAH.- Se han puesto de moda los robos a mano armada, sobre todo a comercios, de tal modo que por lo menos se presentan de tres a cuatro por semana, sin que hasta el momento las autoridades policíacas tengan indicios de quiénes son los responsables de estos ilícitos.
Ejemplo de lo anterior es lo que ocurrió la noche del pasado dos de enero, cuando sujetos armados irrumpieron en dos negocios para obligar a sus respectivos encargados a que les entregaran el dinero que en esos momentos había en la caja registradora, que en ambos casos fueron cantidades mínimas.
A las 20:50 horas, Balbina Ortega, encargada del establecimiento denominado Super Viba, ubicado en las calles Mayrán y Nogal de la colonia Torreón Jardín, solicitó la presencia policíaca, ya que momentos antes fue víctima de un atraco, arribando segundos después la unidad 35370 de la DSPM.
Señaló la afectada que llegó una persona del sexo masculino mostrando una evidente actitud sospechosa y cuando ella se distrajo por un momento, se acercó a la caja y sacando una pistola de entre sus ropas le indicó que era un asalto y le diera el dinero que tenía en la registradora.
Temiendo que la fuera a lastimar, la empleada abrió la caja en mención y entregó al solitario hampón el dinero que tenía en esos momentos, la mayoría morralla de baja denominación, estimando el monto de lo robado en aproximadamente 500 pesos.
Tras obtener lo deseado, el ladrón huyó a bordo de un taxi de la línea Huicho y se presume que radica en la colonia Lucio Blanco.
Un asalto más
Casi dos horas después, a las 10:42 de la noche, Silvia Espinoza, encargada del Super Oxxo ubicado en calzada Mónaco No. 199 del fraccionamiento El Tajito, reportó al 060 haber sido víctima de un asaltante que sólo logró llevarse la cantidad de 850 pesos.
Explicó a los patrulleros de la unidad 35230 de la DSPM que arribaron al sitio en mención, que minutos antes entraron dos sujetos que casi de inmediato, uno de ellos la amagó con un arma de fuego tipo escuadra, para decirle que se trataba de un asalto y le entregara todo el dinero de la caja registradora.
Indicó que uno de los maleantes que vestía una chamarra azul, de baja estatura, de tez morena, de aproximadamente 40 años de edad, introdujo la mano a la registradora, sustrayendo los 850 pesos en billetes, producto de las ventas del día, en tanto que el otro, que llevaba la pistola, vestía chamarra negra, delgado, alto, moreno.
Ambos, tras conseguir el dinero salieron del negocio no sin antes advertirle que si los intentaban seguir les iría muy mal.