Reuters
WASHINGTON, EU.- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, instaron ayer a Irán a que renuncie a sus ambiciones de tener armas atómicas, pero el líder ruso rechazó las presiones estadounidenses para que Rusia suspenda las ventas de tecnología nuclear a Teherán.
“Compartimos una meta, la de asegurarnos de que Irán no tenga armas nucleares o un programa de armas nucleares”, dijo Bush en una conferencia de prensa conjunta después de sostener conversaciones con Putin en la residencia de Camp David.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a insistencia de Washington, le ha dado un plazo a Teherán hasta finales de octubre para aclarar las dudas sobre un supuesto programa secreto de armas nucleares.
Inspectores de la agencia de vigilancia nuclear de la ONU hallaron trazas de uranio enriquecido, que se puede utilizar para fabricar armas, en un segundo centro en Irán, según informaron el jueves diplomáticos.
“Estamos convencidos de que debemos dar una señal clara, pero respetuosa, a Irán sobre la necesidad de continuar y ampliar su cooperación con OIEA”, dijo Putin.
Bush ha estado ejerciendo presión sobre Putin para que detenga la venta de tecnología atómica a Irán. Rusia tiene un contrato de 800 millones de dólares con Teherán para ayudarle a construir la planta nuclear de Bushehr. Funcionarios estadounidenses creen que este centro es un camuflaje iraní para producir armas prohibidas.
Sin embargo, Putin no pareció ceder ante las presiones estadounidenses.
“Me gustaría reiterar que hemos cumplido firmemente con las regulaciones del Tratado de No Proliferación (nuclear), porque hacerlo así es parte de nuestros intereses nacionales. En cuanto al trabajo conjunto, estamos listos a seguir adelante”, expresó.
Con respecto a Iraq, Bush pareció obtener el apoyo de Putin para una transferencia lenta de poder a los iraquíes. Varias naciones, entre ellas Francia, han exhortado a Washington a que traspase el poder a un gobierno iraquí lo más pronto posible.
Bush, sin embargo, no pudo obtener el compromiso inmediato del presidente ruso para el envío de tropas a Iraq, o para la asignación de fondos destinados a la reconstrucción del país ocupado.
Por su parte, Putin dijo que un acuerdo negociado para poner fin a la crisis nuclear con Corea del Norte debería estar respaldado por garantías estadounidenses con respecto a la seguridad del aislado Estado comunista, un paso solicitado por Pyongyang que Bush no ha querido conceder.
Ambos líderes sostuvieron conversaciones en la noche del viernes y ayer por la mañana en el retiro presidencial de Camp David, y terminaron la reunión diciendo que habían puesto a un lado sus diferencias sobre Iraq. Rusia fue uno de los principales oponentes a una operación militar contra el gobierno del derrocado Saddam Hussein en Bagdad.