EL SIGLO DE TORREÓN
CD. LERDO, DGO.- Francisco Navarro vende manzanas acarameladas afuera de una institución educativa de esta ciudad, el puesto ambulante ni siquiera es de él, apenas gana el treinta por ciento de las ventas y no llega a completar ni los veinte pesos.
Con sus setenta años de edad no puede dedicarse a otra cosa, vive en la colonia San Isidro con una sobrina.
De aspecto humilde y en un triciclo, recuerda que hace años trabajaba en Torreón en las bodegas de la Alianza, hasta que un día no hubo más ?chamba?, por su edad ya no lo contrataban, ?pasamos de moda los ancianos?, dice.
Dice que aunque su sobrina lo sostiene, porque su esposa murió y no tuvo hijos, él sale a la calle para tratar de conseguir unos centavos.
?Un señor, que no sé cómo se llama, me dijo que le ayudara a vender las manzanas, él las hace y me da unos pesos de comisión?, explica.
Menciona que desafortunadamente siempre trabajó a destajo y nunca le dieron Seguro Social, por lo que no tiene pensión alguna o servicio médico.
?Cuando me pongo malo voy al Municipio o me consiguen las medicinas, pero no tengo ni tuve un patrón, ahora como ambulante es igual, pero el puesto ni siquiera es mío?, concluyó.