México, DF.- La reactivación del crédito bancario sería un ?antídoto? para reanimar a la economía mexicana ante el entorno de incertidumbre que ha generado la guerra en Medio Oriente, pero los bancos siguen sin otorgar financiamiento, señalo el Grupo de Economistas y Asociados (GEA).
De acuerdo con un estudio, apuntó que aunque los bancos ya lograron reponerse de la virtual quiebra que les provocó la crisis de 1995, siguen sin transformar el ahorro en financiamiento, ya que llevan casi siete años de canalizar el crédito a ?cuentagotas?.
Expuso que la modesta recuperación de la economía mexicana, que creció sólo 0.9 por ciento en 2002, podría resultar afectada si se prolonga la guerra entre Estados Unidos e Iraq, ya que podría revertirse el incipiente repunte de la actividad económica estadounidense.
?En este entorno, la reactivación del crédito bancario sería el antídoto para reanimar, aunque sea levemente, la demanda de bienes y servicios en el país?, consideró la agrupación de economistas.
No obstante, los bancos comerciales alegan que las condiciones económicas de los acreditados potenciales son riesgosas, que la estabilidad económica es frágil, o que las perspectivas son inciertas, entre otras cosas, acotó.
?En el fondo su situación es relativamente cómoda, en general, están bien capitalizados y ganan dinero, aún con una economía semiparalizada?, consideró el GEA.
Además, obtienen utilidades recortando algunos gastos y, en especial, ?exprimiendo? a sus ahorradores al pagar un rendimiento muy cercano a la inflación o, en múltiples ocasiones, por debajo de ésta, apuntó.
En el análisis, señaló que la falta de crédito bancario en la economía es un dique que contiene el crecimiento del mercado interno, y comentó que la venta de automóviles es uno de los casos que lo ilustran de manera contundente.
Destacó que en 2002, gracias a una campaña de las armadoras, de los distribuidores de automóviles y de algunas instituciones bancarias, las ventas internas de autos nuevos se incrementaron casi al triple que otros artículos de consumo duradero.
Así, el crédito bancario al consumo es el único rubro que registró crecimiento el año pasado, con una tasa de 35 por ciento en términos reales.
Por el contrario, el financiamiento para vivienda se redujo, al igual que el destinado a empresas y personas con actividad empresarial, cuyo saldo disminuyó consistentemente los primeros tres trimestres del 2002, añadió.
Apuntó que las autoridades financieras han apostado a que los bancos van a prestar más con nuevas reformas legales (orientadas a perfeccionar las garantías de los deudores) y la competencia vía otros participantes en el mercado de crédito como las sociedades financieras de objeto limitado (Sofoles).
Aunque esas medidas serían positivas, el GEA opinó que la magnitud de sus efectos no parece suficiente para detonar significativamente la actividad económica, por lo que ?se requiere una actitud más firme de las autoridades que, entre otras opciones, tienen la facultad de regular el crédito en la economía?. Advirtió que mientras los bancos puedan adquirir valores gubernamentales (con los ahorros de sus depositantes), en condiciones tan atractivas como las que obtienen desde hace varios años, el financiamiento bancario no fluirá a la economía.
De acuerdo con el GEA, técnicamente hay diversas opciones para que los reguladores induzcan mayor crédito bancario, sin afectar las finanzas de dichas instituciones. Refirió que un caso particular de escasez de crédito es el sector agropecuario, ya que las instituciones bancarias consideran a este sector el más riesgoso en la economía y que la infraestructura para atender sus necesidades de financiamiento deficiente.
Apuntó que el saldo de crédito de la banca comercial a fines de 2002 disminuyó a una sexta parte del registrado en 1994. De la misma forma, el saldo de la banca de desarrollo se redujo a casi una tercera parte del de 1994 en términos reales.