EL PAÍS
Nueva York , EU.- El presidente estadounidense, George W. Bush, aseguró ayer que el Gobierno de Ariel Sharon “tiene derecho a autodefenderse”. Washington, que ha acusado en numerosas ocasiones a Siria de proteger a grupos terroristas, se desmarcó del resto de la comunidad internacional al respaldar el ataque perpretado por Israel el pasado domingo contra una presunta base de la Yihad Islámica cerca de Damasco.
En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, todos los embajadores, salvo el de EU, condenaron duramente las represalias israelíes. “He dejado muy claro al primer ministro Sharon que Israel tiene derecho a autodefenderse y no debe sentirse limitado a la hora de defender su territorio”, dijo Bush, “también le dije que cualquier acción no debía evitar alimentar la espiral de violencia o crear nuevas tensiones”. Era la primera reacción de la Casa Blanca al bombardeo llevado a cabo por la aviación israelí contra el campo de refugiados de Ein el-Saheb, tras el atentado ocurrido en Haifa, reinvidicado por la Yihad, y en el que murieron 19 personas.
El silencio del domingo había hablado por sí solo. Para Washington, el responsable del estancamiento del proceso de paz en Oriente Próximo no es el gobierno de Sharon. “No hemos cambiado. Las partes deben asumir las responsabilidades de sus actos”, indicó Bush, “la Autoridad Palestina debe recurrir a todos los medios necesarios para combatir el terror”.
Su portavoz, Scott McClellan, respaldó la tesis israelí de que el campo de refugiados era efectivamente una base de entrenamiento terrorista. En una reunión del Consejo de Seguridad, convocada apresuradamente en la tarde del domingo, el embajador estadounidense, John Negroponte, ya había acusado a Damasco de estar “del lado equivocado en la guerra contra el terrorismo”. Durante la sesión de la ONU, Siria presentó un borrador de resolución de condena a Israel. Ayer no estaba claro cuando podría celebrarse la votación. Estados Unidos, que este mes preside el Consejo, tenía consignas estrictas de evitar toda decisión durante la festividad de Yom Kippur, el día más sagrado del calendario judío.
El resto de los países, pese a haber condenado duramente el ataque israelí, quería incluir una referencia al atentado de Haifa. Los europeos en especial esperaban evitar una división tan patente como la que ocurrió hace dos semanas cuando el Consejo debatió otra resolución contra Israel por haber amenazado con expulsar al presidente de la Autoridad Palestina, Yaser Arafat. El texto fue vetado por EU, con la abstención del Reino Unido, Alemania y Bulgaria y el voto a favor del resto de los quince, entre ellos, España y Francia. Durante el tenso debate del domingo, Siria acusó a Israel de “estar por encima de la ley” mientras el embajador israelí, Dan Gillerman, amenazó a Damasco con más represalias. “Por razones desafortunadas, Siria todabía no ha sido objeto de una operación conjunta en el marco de la lucha antiterrorista”.