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LA PAZ, BAJA CALIFORNIA.- El huracán “Ignacio” azotó con fuertes vientos y lluvias La Paz y poblaciones aledañas, donde residen más de 200 mil personas.
Ayer desde la madrugada y hasta entrada la noche, con algunos espacios de calma, los estragos provocaron apagones generalizados en la red de energía eléctrica y suspensiones en servicios como el suministro de agua corriente.
Sin causar pérdidas de vidas humanas, el ciclón puso en vilo a los residentes de la zona y provocó la suspensión de las salidas del servicio de transbordadores que unen al macizo continental, el cierre de los aeropuertos de La Paz y Los Cabos, que cancelaron al menos 20 vuelos, y el corte de la carretera transpeninsular tanto al sur como al norte, a causa de la crecida de los arroyos.
Los efectos del huracán aislaron prácticamente al municipio de Los Cabos, por los cortes de la carretera transpeninsular “Benito Juárez” en los puntos conocidos como Santiago, Las Palmas y Santa Anita, debido a las fuertes avenidas. Hacia el norte de La Paz, rumbo a Comondú, el arroyo Santa Rita de nueva cuenta provocaría la suspensión del tránsito, como ocurre a cada temporada de lluvias.
El secretario de Educación Pública del estado, Víctor Castro Cosío, dijo que más de 50 mil estudiantes desde primaria hasta el nivel universitario se quedaron sin clases lunes y martes, debido a la emergencia, pues muchos de los planteles escolares funcionan como albergues durante situaciones como la presente. Sólo en la Universidad Autónoma de Baja California Sur hay mil 500 personas albergadas.
El último reporte del Servicio Meteorológico sobre “Ignacio”, al anochecer, lo ubicó apenas 20 kilómetros al norte de Pichilingue, la terminal de los transbordadores de La Paz, distante de esta ciudad 16 kilómetros, y se esperaba que en la madrugada estuviera tocando tierra a 20 kilómetros de San Juan de la Costa, al norte de la Bahía, con vientos y rachas de 140 a 165 kilómetros por hora, es decir, prácticamente rodeando la ciudad.
El pronóstico dijo que “Ignacio” se ubicará, en las primeras horas de hoy prácticamente estacionario, en el norte de la bahía, todavía golpeando a La Paz, aunque con vientos y rachas de entre 110 y 140 kilómetros por hora, ya menos intensos.
Como quiera, el gobernador Leonel Cota Montaño pidió a los habitantes “no bajar la guardia” y mantenerse encerrados en sus casas a esperar el paso del meteoro.
El Consejo Estatal de Protección Civil, que inició sus sesiones desde el sábado, sugirió a la gente mantener la prudencia, no cometer riesgos innecesarios y tomar todas las previsiones pertinentes para evitar cualquier tragedia. Recordó que la imprudencia de una joven durante el huracán “Juliette”, en septiembre de 2001, al intentar cruzar un arroyo, le provocó la muerte, al igual que a un turista estadounidense que se metió al mar a nadar.
Los peores efectos del meteoro se empezaron a sentir entre las 3:00 y las 6:00 horas de ayer, con rachas de viento y lluvia que provocaron apagones generalizados en la red de energía eléctrica y dejaron a la ciudad sin agua corriente, en una situación que al amanecer fue resumida por el gobernador Leonel Cota Montaño así: “ya estamos, propiamente, en el ojo del huracán”.
Las autoridades determinaron, debido a la emergencia, suspender clases en La Paz y poblaciones cercanas, lo cual afectó a por lo menos 50 mil estudiantes desde primarias hasta el nivel universitario, pues varios planteles funcionan como albergues.
Al menos cinco mil empleados del Gobierno estatal, del Ayuntamiento y de otras oficinas públicas pararon labores, al igual que trabajadores de empresas privadas.