México, DF.- El guitarrista estadounidense B. B. King, quien es considerado uno de los músicos más populares de todos los tiempos y una leyenda viva del blues, nació el 16 de septiembre de 1925.
King vino al mundo en Itta Bena, Mississippi. A los pocos años se trasladó a Memphis, donde conoció a Sonny Boy Williamson II, que le dio un pequeño espacio como DJ en su programa de radio, donde lo apodaban Blues Boy, nombre que dio origen al B. B. de su nombre artístico. A partir de 1950 comenzó a realizar grabaciones y en 1965 editó Live at the Regal, su primer disco de blues, que consiguió situar en las listas de ventas de música pop.
Otros trabajos suyos son Confessin’ the Blues (1966), Indianola Mississippi Seeds (1970), en el que utilizó como músicos a Joe Walsh, Leon Russell y Carole King, y Six Silver Strings (1985). Ha obtenido numerosos galardones, así como varios Premios Grammy por la canción “The Thrill is Gone” (1970) y los larga duración “There Must Be a Better World Somewhere” (1981), “My Guitar Sings the Blues” (1986), “Live at San Quentin” (1990), “Live at the Apollo” (1991) y “Blues Summit” (1992). En 1987 le concedieron el Premio Grammy por su dedicación a la música.
Ha influido notablemente en figuras del rock and roll y del blues gracias a su estilo innovador. Su guitarra Lucille ha acompañado a un gran número de músicos actuales, entre ellos al grupo irlandés U2.
En 1995, en el festival de Jazz de San Sebastián, España, tocó con Raimundo Amador, y en el disco Gerundina, de este último, interviene en dos temas.
Considerado por muchos también como “El Rey del Blues”, es el mejor embajador en todo el mundo y ha sido de los que más han trabajado para popularizarlo. Ha influenciado prácticamente a todos los guitarristas de blues y rock que le han sucedido, debido a que su estilo es el ABC de la guitarra solista, espléndido resumen de las técnicas básicas para los solos.
A decir de los conocedores, su humilde y elegante estilo, mezcla de gospel, jazz y blues del Delta, es un compendio perfecto entre expresión rítmica y síntesis melódica. Con tan sólo cuatro o cinco notas colocadas en el lugar preciso es capaz de decirlo todo. Esto, unido a un excelente control de bendings y prebendings a diferentes intervalos y a una técnica de vibrato, que involucra todo el antebrazo, constituye una firma sonora muy imitada, pero nunca superada. Se centra en la pentatónica (aunque a menudo añade alguna nota fuera de la escala para dar un toque más jazzero) en una posición del mástil y exprime cada una de las notas, consiguiendo que todas ellas adquieran un significado. Prefiere la expresividad a la rapidez, dando un carácter vocal a su fraseo. Debuta discográficamente en 1951 con el tema 3 O”Clock Blues y obtiene tal éxito que pasa de Menphis a los grandes escenarios de Nueva York. Su imagen no se puede disociar de su adorada Gibson ES-355, la legendaria guitarra Lucille. En realidad, Lucille no es única, pues posee varias ES-355 idénticas, todas con el mismo nombre. De su discografía destacan temas como Lucille, The Thrill is gone o Caldonia. Su media anual casi nunca ha bajado de los 200 conciertos y en una carrera de 50 a;os ha lanzado al mercado más de 50 álbunes. Todavía mantiene una actividad más que envidiable, grabando discos junto a discípulos tan ilustres, como los Rolling Stones, Van Morrison, David Gilmour o Eric Clapton y realiazndo giras por todo el mundo. B.B. King utiliza un dibujo básico para sus solos, se basa en la pentatónica y agrega otras notas. En el “diagrama de blues de B.B. King” trata de exprimir al mango las notas realizando un fraseo incomparable y no fijándose tanto en la velocidad.