Washington (EFE).- Las toxinas producidas por la bacteria "E.coli" que provoca ataques de diarrea pueden proteger contra el cáncer de colon, según un estudio preliminar publicado hoy.
El estudio realizado por científicos de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia (Pensilvania) y publicado en la edición de esta semana de la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences", asegura que el descubrimiento arroja luz sobre la escasa incidencia de cáncer de colon en los países subdesarrollados.
El cáncer del colon es la cuarta causa de muertes en el mundo y la tercera en Estados Unidos.
La investigación se centra en una de las muchas bacterias que pueden producir diarrea, una enfermedad que causa la muerte de al menos dos millones de niños cada año en el mundo.
Según los científicos, los adultos desarrollan inmunidad parcial a la diarrea.
Los autores del estudio dijeron que aunque la toxina producida por la bacteria "E.coli" irrita las paredes del intestino también puede interactuar con las células de forma que evita que se conviertan en cancerosas.
Las investigaciones se iniciaron después que los especialistas notaron que mientras el cáncer de colon es muy común en los países más industrializado se daba en menor grado en las naciones en vías de desarrollo, dijo Giovanni Pitari, uno de los autores del estudio.
Los científicos hicieron comparaciones con la región de la India, Africa y México donde es más frecuente la llamada "diarrea del viajero", tras el consumo de agua y alimentos contaminados, pero donde se registran menos casos de cáncer de colon.
Por otro lado, en lugares donde el número de casos de cáncer de colon es elevado, como Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y países de Europa occidental, la "diarrea del viajero" es rara.
Pitari explicó que se hizo un análisis de las toxinas producidas por E.coli agregándoles en primera instancia células de cáncer en plena reproducción.
Estas células cancerosas, que normalmente crecen y se multiplican rápidamente, se movieron después con una marcada lentitud.
Los investigadores estudiaron la acción precisa de las toxinas sobre las células y descubrieron que éstas actúan como "guanylin y uroguanylin", dos tipos de hormonas pépticas que por naturaleza limitan el crecimiento de las células del cáncer de colon.
Pitari resaltó que este descubrimiento no solo ayuda a explicar porqué el cáncer de colon es una enfermedad más característica de los países industrializados, sino que también facilita nuevas formas de tratamiento o prevención de la enfermedad.