A nivel nacional el país experimentó un decremento poco significativo del desempleo; en Durango, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), del 5.9 por ciento que se registró en el mes de agosto, el número de desocupados disminuyó a 4.9 por ciento en septiembre.
El Gobierno del Estado atribuye esa situación a que hay mejores condiciones para la competitividad, como es la paridad peso-dólar y el ritmo de crecimiento proyectado para el segundo semestre del año. El empresariado local, por su parte, considera que tradicionalmente el último trimestre del año tiene un mejor comportamiento que el resto de la anualidad, al menos en lo que se refiere a las ventas de las empresas.
El mes de enero de este año empezó con un 3.5 por ciento de desempleo abierto en la entidad, para febrero fue del 2.4, en marzo del 3.7 de nuevo, en abril del 2.1, en mayo del 4.4 y en junio del 3.9. Sin embargo, en julio la cifra de desocupados en las empresas locales llegó a 5.2 por ciento, y en agosto se alcanzó una cifra récord del 5.9, misma que se redujo un punto porcentual al cierre de septiembre, según el INEGI.
Al respecto, el Centro Empresarial de Durango (Coparmex) opinó que es mejor el ambiente que se percibe en las unidades económicas de Durango, toda vez que la venta del último trimestre incita a los empresarios a adquirir más productos, contratar más personal, implementar campañas de venta más agresivas y buscar que se estabilice un año difícil con unas cuantas semanas de importante movimiento de circulante en sus negocios.
Gilberto Sánchez Rodríguez, presidente de la Coparmex, dijo que al disminuir la tasa de desempleo abierto (TDA) en el estado, tomando como referencia las estadísticas del INEGI, se refleja un síntoma positivo para la economía local, porque el mes anterior reportado por dicho instituto, agosto, mostró un grave problema de desocupación cercana al seis por ciento.
Para la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) del gobierno estatal, el comportamiento de la economía tiene su raíz en dos factores.
Uno es que se está manejando de manera más competitiva la paridad peso-dólar, lo que permite o facilita la inversión en el país y la decisión de los dueños del capital por hacerlo en las entidades federativas donde lo venían haciendo, como pudiera ser el caso del estado de Durango, en vez de llevar su dinero a otros países.
El otro motivo que Jorge Andrade Cansino, titular de la Sedeco, dijo observar como reactor del empleo lo constituyen las expectativas que desde el principio del año se venían haciendo en el sentido de que para el segundo semestre del 2003 repuntaría la economía nacional y, por consiguiente, se trasladaría un ambiente similar en las entidades de la República.
El funcionario estatal dio tal explicación antes de participar en un informe sobre los resultados de los programas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas de Durango en Casa de Gobierno. Ahí se habló del Comité Nacional de Productividad e Innovación Tecnológica (Compite), programa que en el año desarrolló 300 talleres en igual número de empresas, cuyo personal asciende a las 20 mil personas, de las cuales cuatro mil 500 recibieron la capacitación sobre productividad.
PRESTACIONES
Tasas complementarias
De la más reciente encuesta sobre empleo y desempleo (la de septiembre) realizada en Durango por parte del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), destaca el hecho de que el 46.9 por ciento de los ?ocupados? no cuenta con prestaciones, y el 24.2 por ciento de los ?asalariados? tampoco obtiene tales beneficios de su patrón o empleador.
En la distribución por rama económica de la desocupación general que reporta Durango, el sector con mayor problemática es el de servicios, pues en la encuesta de agosto tenía un 31.4 de desocupación, pero en la de septiembre tuvo un 44.3 por ciento. Por el contrario, la rama de la transformación y la de comercio muestran tendencias positivas, al disminuir su tasa de desempleo.
En lo que va del 2003, enero fue el mes más difícil para los trabajadores con menor preparación, toda vez que el 9.6 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) ganaba menos de un salario mínimo, cifra que a la vuelta de ocho meses se redujo a 3.4 por ciento.