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Baja la pobreza

Sergio Sarmiento

“Tres millones 400 mil personas dejaron la inaceptable condición que les impide alimentarse”. Josefina Vázquez Mota

Los mismos políticos y analistas que han utilizado en el pasado la información de la bianual Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI para criticar las políticas económicas del Gobierno Federal, ahora cuestionan la versión 2002 de la encuesta porque refleja una mejoría en el nivel de ingresos de los pobres. Eso ratifica mi percepción de que hay un grupo de políticos y especialistas que vive de la pobreza y que necesita que se mantenga la pobreza porque así se benefician sus intereses o sus posiciones ideológicas.

En realidad lo que deberíamos estar haciendo todos es analizar las cifras de la encuesta y no rechazarlas simplemente porque no muestran el aumento de la pobreza que algunos ideólogos habían supuesto. ¿Por qué ha habido una aparente disminución de la pobreza en nuestro país en un momento en que la economía ha estado estancada? Esta es una pregunta importante que debemos hacernos.

La información disponible empieza a ofrecer algunos indicios. Sabemos que el ingreso del conjunto de las familias mexicanas cayó en los dos primeros años de gobierno de Vicente Fox, pero también queda claro que aumentaron ligeramente los ingresos de los sectores más pobres y bajaron en cambio los de los grupos más acomodados. Las familias que representan al 80 por ciento más pobre de la población tuvieron aumentos de entre 2.3 y 6.3 por ciento en sus ingresos, mientras que el 20 por ciento más rico tuvo una caída de 7.7 por ciento.

El resultado es una distribución del ingreso ligeramente mejor que la que teníamos -aunque el resultado sigue siendo malo—, pero sobre todo un avance importante en la lucha contra la pobreza. El que 3.4 millones de mexicanos hayan dejado los niveles de pobreza extrema, aquellos en que una familia no puede siquiera alimentarse, es un logro que no carece de importancia.

¿Por qué se registró este aumento en el ingreso de los pobres? No porque éstos hayan podido gozar de más empleos y mejor remunerados en nuestro país. El estancamiento económico de los últimos años ha impedido que los ingresos de la población avancen por este tradicional y sano camino. En cambio, el crecimiento de las remesas de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos a sus familias en México ha sido uno de los factores más significativos en el aumento del ingreso de los pobres.

Pero hay otro factor importante. Los años 2001 y 2002 han sido el período de mayor estabilidad financiera en la historia reciente de nuestro país. El tipo de cambio ha dejado de sufrir devaluaciones bruscas y la inflación ha bajado a niveles muy cercanos a los que se registran en el resto del mundo. Esto significa que las familias mexicanas han dejado de pagar ese injusto impuesto inflacionario que en el pasado socavaba gradual pero inexorablemente su poder adquisitivo.

¿Cuáles son las lecciones de esta disminución de la pobreza? Una de ellas es que los mexicanos sí pueden generar un aumento significativo en su ingreso, pero con frecuencia tienen que ir a otro país para encontrar los empleos que les permitan hacerlo. Otra lección es que la estabilidad financiera tan cuestionada por los políticos y analistas radicales —que piensan que la justicia social se conquista con irresponsabilidad financiera— sí tiene un papel importante el cual se manifiesta en una mejoría en el nivel de vida de los pobres.

Me doy cuenta de que estas lecciones tienen que ser rechazadas automáticamente por los grupos políticos más radicales de la sociedad. El dogma ideológico les dictamina que la única manera de lograr una mejoría en el nivel de vida de los pobres es eliminar el modelo económico liberal. No entienden por qué nuestros trabajadores arriesgan la vida para ir a buscar trabajo en una economía que goza de mayor libertad que la nuestra, ni alcanzan a comprender por qué es necesario evitar que la inflación se siga comiendo los ingresos de los mexicanos.

En realidad los mexicanos deberíamos estar celebrando los avances, aunque sean modestos, en la lucha contra la pobreza, ya que es el peor de los males que aquejan a nuestro país. El que haya grupos que cuestionen por reflejo los resultados de la misma encuesta que antes festejaban ratifica el hecho de que hay mucha gente en nuestro país que se beneficia de la pobreza y que busca mantenerla a cualquier costo.

Cifras

Entre el 2000 y el 2002, según dijo ayer el presidente Fox citando el informe “La medición del desarrollo en México”, el porcentaje de familias en pobreza extrema bajó del 24.2 al 20.3 por ciento, mientras que la pobreza total descendió del 53.7 al 51.7 por ciento.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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