el Tratado de Libre Comercio ha beneficiado a los productores de frutas y verduras, pues muchos de estos productos se han posicionado con más de un 40 por ciento de crecimiento en su volumen de exportación. El Departamento americano de Agricultura publica que se ha dado este crecimiento en bróculi, pimiento morrón, tomate, calabaza, pepino, limón, melón sandía y mango. En nueve de estos productos, México es el principal proveedor del mercado de Estados Unidos. Destaca el jitomate. Exportamos seiscientas setenta mil toneladas al año y las exportaciones de jitomate mexicano han crecido en un 80 por ciento.
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A pesar de que quince gobernadores piden que se negocie el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio, la Unión Nacional de Avicultores no está de acuerdo. Recordemos que este sector aparecía como de los más golpeados por la supresión de aranceles que comenzó el primero de enero de este año. Acaba de publicar un desplegado que a la letra dice: “Desde que inició el proceso de desgravación arancelaria del TLCAN... ha sido un factor de preocupación para el agro, sobre todo en los sectores más amenazados, entre ellos la avicultura, por la gran asimetría de las economías de los tres países. Por lo anterior, la avicultura encontró dentro de las reglas del Tratado, herramientas legales que dieran viabilidad en un plazo más largo a la industria, así fue como se solicitó el establecimiento de una salvaguarda bilateral.
Antes de buscar abrir el capítulo agropecuario del TLCAN, ES IMPRESCINDIBLE HACER USO DE LAS ALTERNATIVAS DE PROTECCIÓN QUE EL MISMO YA CONTEMPLA (las mayúsculas son mías). Mucho falta aún, para explorar las oportunidades de colocar productos mexicanos en Estados Unidos y Canadá. Pero al mismo tiempo el TLCAN, ha abierto una gran puerta de posibilidades, para acceder a esos mercados y así crear un nuevo dinamismo en el campo. No debemos dejar ir la oportunidad de posicionar a México como un verdadero país miembro del mercado común de Norteamérica”. La negociación se está haciendo entre la Unión Nacional de Avicultores y su contraparte americana y canadiense.
Esta es la realidad. La negociación es necesaria, pero es posible hacerla dentro de las normas del Tratado. Se ha repetido una y otra vez que abrir la discusión sobre el capítulo agropecuario, es abrir al caja de Pandora: si México exige renegociar la agricultura, Estados Unidos y Canadá pueden exigir la renegociación en los capítulos en que el tratado favorece a México. ¿Qué pasaría si Estados Unidos exige un arancel de protección para el jitomate mexicano o para las frutas y verduras en las que México está haciendo un buen negocio?
Porque si México tiene derecho de exigir la negociación, también ellos la tienen. Estados Unidos impuso un arancel del 35 por ciento a la importación de acero. De acuerdo con el Tratado, el acero mexicano y canadiense entran a Estados Unidos sin arancel. Pueden exigir que del mismo modo que México pide arancel para los productos agrícolas, ellos nos lo impongan para el acero. La campaña que se está orquestando para exigir la renegociación no es más que una campaña política en año de elecciones, para obtener los votos de los campesinos más desposeídos. Qué bueno que asociaciones nacionales de campesinos, como la de avicultores hagan oír su voz a favor de México.
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Aunque las exportaciones mexicanas a China son muy pequeñas, han crecido en casi 200 por ciento en los dos últimos años. Para el año 2004, China deberá liberalizar 136 productos mexicanos y será posible exportar muchos artículos agropecuarios. Actualmente más de la mitad de las exportaciones mexicanas a China son de partes y accesorios para máquinas. Hay muchos nichos que México no ha explorado, y en las tres zonas más desarrolladas de China, hay posibilidades de colocar muchas mercaderías que los chinos de mayores ingresos podrían consumir.
Del mismo modo, México debe explorar las posibilidades de exportación en buena parte del territorio americano. Hasta hoy, a pesar de que nuestras exportaciones crecen cada año, se localizan en unos cuantos estados del sur de la Unión Americana. Es posible multiplicar las exportaciones de los mismos artículos que ya estamos exportando, a otras zonas de Estados Unidos, mejorando y más y más nuestra balanza comercial.