EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Batalla por el IMSS

Sergio Sarmiento

“La popularidad es un crimen del momento.”

Marqués de Halifax

La disputa en el Instituto Mexicano del Seguro Social tiene una trascendencia que va mucho más allá de un simple acuerdo laboral. Se está discutiendo la viabilidad de la institución en el largo plazo. Pero también está en la balanza la decisión de quién debe ser el beneficiario de las instituciones de seguridad social: el pueblo o los burócratas.

En el momento de escribir este artículo no se ha definido todavía si los trabajadores del Seguro Social se irán o no a la huelga. Sin embargo, lo importante no es si hay huelga o no, sino si el IMSS tiene futuro.

Durante décadas nuestros políticos socavaron la solidez financiera del Seguro Social. Con ánimo populista otorgaron generosos servicios a nuevos derechohabientes —familiares de trabajadores, estudiantes, taxistas— pero sin nunca ordenar los ingresos que permitirían financiarlos. Año tras año, por otra parte, le concedieron al sindicato prestaciones que estaban destinadas a ser insostenibles.

A los trabajadores sindicalizados los políticos les concedieron la potestad de jubilarse a los 28 años de trabajo (27 en mujeres) con salario completo actualizado según los índices de la inflación. Esta jubilación entraba en vigor a cualquier edad del trabajador: no había que esperar a cumplir los 60 o 65 años como en otros sistemas de pensiones. Y, por supuesto, no se crearon las reservas actuariales que le habrían dado sustento a estas jubilaciones.

Los resultados están a la vista de todos. Un trabajador que ingresa al Seguro Social a los 20 años de edad —lo cual es bastante común— se retira con su salario completo y prestaciones a los 48 años o a los 47 si es mujer. Esto significa que el trabajador pasará tanto tiempo o más jubilado que en el trabajo. No sorprende así que del presupuesto del IMSS más del 40 por ciento se dedique a pensiones y jubilaciones.

Esta generosidad podía manejarse en un momento en que el Instituto era razonablemente joven y así lo eran sus trabajadores, por lo que los jubilados eran muy pocos. Pero hoy por cada dos trabajadores en activo hay un pensionado. Y el número de jubilados aumenta rápidamente: Hoy hay cerca de 100,000; en el 2008 serán el doble.

Si las reglas de pensiones no cambian, o si el Instituto no obtiene una súbita inyección de ingresos, el Seguro Social tendrá que dedicar absolutamente todo su presupuesto al pago de sueldos, prestaciones y jubilaciones en el año 2012. Tendremos todavía a la institución, que nos han prometido no será privatizada (aunque por supuesto a nadie le interesaría comprarla), pero se dedicará simplemente a cobrar dinero en cuotas a trabajadores, patrones y gobierno sin otorgar más servicio que pagar la nómina.

Ésta no es la primera institución gubernamental mexicana que se ha enfrentado a una muerte por inanición debido a que los políticos la utilizaron para repartir favores populistas sin planear de manera adecuada su futuro. Banrural ha cerrado ya a un costo de 40,000 millones de pesos para los contribuyentes. Pero ni siquiera cuando estaba funcionando sus servicios eran realmente útiles para la gente del campo. De cada seis pesos que manejaba, cinco se utilizaban para pagar su burocracia y sólo uno quedaba para prestarse a los agricultores.

La dirección general del Seguro Social ha pedido, para renovar el contrato colectivo de trabajo de los trabajadores sindicalizados, que el número de años de trabajo para alcanzar una pensión sea de 35 en lugar de 28. Esto disminuiría la presión sobre las finanzas del IMSS, aunque no la eliminaría por completo. El sindicato, sin embargo, quiere que la reforma de las pensiones se postergue para marzo del año que viene.

La reforma que ha propuesto la dirección del IMSS es similar a la que Lula logró en el Brasil hace apenas algunas semanas y que le ha permitido salvar e momento la seguridad social de su país. Es la misma que se requiere también urgentemente en el ISSSTE, institución que se encuentra en una situación financiera todavía peor que la del IMSS. Yo no sé si en el momento en que usted lea este artículo el IMSS estará o no en huelga. Pero me queda claro que si no se lleva a cabo la reforma que se pide, o alguna otra de iguales consecuencias financieas, el Instituto Mexicano del Seguro Social simplemente perecerá ahogado por los sueldos y jubilaciones.

Evasión

El propio secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, ha declarado que hay una evasión fiscal de 56 por ciento. Este problema no se resolverá simplemente con auditorías o acciones policíacas. Se necesita reformar las leyes del IVA y el ISR para tener sistemas radicalmente más sencillos y con tasas más razonables. Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 55095

elsiglo.mx