Si atendemos a los antecedentes de cada uno de ellos, ninguno le merece confianza al pueblo, pues tanto Roberto Madrazo, presidente nacional del PRI, como Elba Esther Gordillo, secretaria general y líder de la fracción de diputados pertenecientes a ese partido, tienen una larga historia de falsedades y triquiñuelas en las que se basa razonablemente la reticencia de la ciudadanía que alarmada ve la forma en que se desarrolla esta batalla tribal.
Sin embargo, si tomamos en cuenta las pruebas documentales que existen en este caso, se llegará a la conclusión de que es Madrazo el que está mintiendo paladinamente, pues él aceptó y hasta felicitó públicamente a Elba Esther por haber coordinado la formulación de una propuesta en la que se incluyó el impuesto denominado IPI a pesar de lo cual ahora la acusa de haberle endilgado al PRI esa propuesta que, según él, en realidad emanó de los negociadores de la secretaría de Hacienda.
Todo este sainete no pasaría de las columnas políticas si no fuera porque esa confrontación está repercutiendo seriamente en la economía nacional y de manera especial en el alza que se presenta en el valor del dólar frente al peso, el cual frisa ya la barrera de los once pesos con cincuenta centavos, al tiempo que genera turbulencia en la bolsa de valores y en los mercados financieros por la ausencia de acuerdos en la Cámara de Diputados.
Las mentiras, los caprichos, la politiquería y como consecuencia la falta de madurez y responsabilidad de los diputados, así como la ingerencia determinante de las dirigencias partidistas están causando estragos en la economía del país mientras que actores políticos como Madrazo y Gordillo utilizan la escena para dirimir sus diferencias y causan perjuicios no sólo a la administración foxista, sino lo que es más grave al pueblo de México.