Bruselas (EFE).- Bélgica se ha convertido en el segundo país del mundo, tras Holanda, que legaliza el matrimonio homosexual, lo que equiparará los derechos de las parejas entre gays y lesbianas a los heterosexuales, salvo en lo que atañe a la filiación y adopción.
El Parlamento belga aprobó anoche por 91 votos contra 22 y 9 abstenciones la ley que dará luz verde en verano a la celebración de bodas homosexuales, una propuesta incluida en el programa de gobierno de la actual coalición liberal-socialista-ecologista.
El proyecto de ley se aprobó con el apoyo de los socialistas francófonos del PS, los socialistas flamencos del SP.A, los ecologistas flamencos de Agalev y los francófonos de Ecolo, y la totalidad de los liberales flamencos del VLD.
También cosechó apoyos parciales entre la oposición socialcristiana flamenca del CD&V y la disidencia liberal del MR.
Sólo los ultraderechistas flamencos del Vlaams Blok y los francófonos del Frente Nacional votaron en su totalidad en contra de la aprobación.
El proyecto de ley ya pasó el 28 de noviembre el visto bueno del Senado, a pesar de que previamente el Consejo de Estado, en un dictamen polémico, estimó que el matrimonio debía reservarse a personas de sexo opuesto al ser la procreación el objetivo fundamental del mismo.
A este respecto, la portavoz de la Federación de las Asociaciones Gays y Lesbianas de Flandes, Anke Hintjens, comentó a EFE que el Consejo de Estado, al desaconsejar la ley "ofreció una opinión de corte político que no le correspondía".
Con la aprobación parlamentaria, las parejas homosexuales que se casen verán reconocidos en Bélgica los mismos derechos de herencia que disfrutan los matrimonios heterosexuales.
Asimismo, si uno de los miembros de la pareja homosexual no trabaja, se podrá beneficiar de la cobertura social de su cónyuge, teniendo derecho a recibir atención sanitaria y a una pensión.
Otro de los derechos reconocidos a los matrimonios homosexuales en Bélgica es la posibilidad de que realicen su declaración de Hacienda de forma conjunta, beneficiándose de las ventajas que ello conlleva.
En caso de divorcio, la pareja homosexual tendrá que hacer frente a los mismos deberes que la ley exige a la heterosexual.
Respecto a la exclusión de la filiación de la ley aprobada, en una pareja heterosexual, los hijos nacidos del matrimonio tienen derecho directo de vínculo jurídico con la madre y el padre, mientras que en el caso de un matrimonio entre dos mujeres, el hijo nacido sólo tendrá vínculo jurídico con la madre biológica.
En cuanto a la adopción de hijos, posibilidad también excluida por la nueva ley, "las parejas gays deberán esperar", dijo Hintjens a EFE, quien agregó que "se trata de la próxima batalla a librar, que además ya cuenta con apoyos políticos importantes, incluido el de los socialcristianos flamencos" del CD&V.
El texto de la nueva ley sólo tendrá validez jurídica en territorio belga, de modo que la pareja homosexual perderá sus derechos más allá de las fronteras belgas y holandesas.
En este sentido, las parejas homosexuales que vengan a Bélgica a contraer matrimonio no verán reconocidos sus derechos una vez abandonen el país.
Asimismo, Hintjens recordó a EFE que "el matrimonio entre un homosexual o lesbiana belga y un extranjero perderá su validez fuera del país".
La ley tardará cuatro meses en entrar en vigor para permitir informar a todos los alcaldes y tenientes de alcaldes de la nueva medida.