MEXICO, D.F., (SUN-AEE).- Desde hace años, el colorete o como se le llama hoy con más frecuencia, blush o rubor, se había llevado apenas como un ligerísimo toque de color en lo alto de los pómulos. Apenas perceptible.
Pero en los estruendosos años 80 fue parte inprescindible del arreglo femenino, en el que abundaban las grandes hombreras, los calentadores y el cabello con "crepé".
Pues bien, las tendencias del maquillaje actual han rescatado el blush, que vuelve a extenderse desde abajo de los pómulos hasta las sienes. Además, viene en tonos más fuertes y en distintas presentaciones: en polvo, en crema, en barra o en mousse.
Habrá que ensayar la manera de aplicárselo, de modo que no se exagere. Si es en polvo, habrá que utilizar la brocha correspondiente; si es en crema, en barra o en mousse, habrá que untarlo y difuminarlo con los dedos.
Gaby Vargas, la experta más reconocida en la materia, aconseja que jamás se utilice un rubor bronceado, porque resta vitalidad al rostro. Los tonos más recomendados son el fucsia, café y rojos; todo depende del vestuario.
Deberá manejarse con moderación, para obtener el efecto de un rostro saludable.