Agencias
MÉXICO, DF.- El cantautor, actor, músico y productor fonográfico Benny Ibarra, que debe mucho de su popularidad a la etapa en que formó parte del exitoso grupo Timbiriche y a su participación protagónica en el musical Vaselina -versión mexicana de Grease-, considera como su principal reto en 2003 imponer su concepto personal de lo que es la música pop, propósito que plasma con su voz en su más reciente producción fonográfica, Cielo.
Este álbum, que ganó un Disco de Oro en México por vender más de 100 mil copias en un lapso de tres meses, es una selectiva recopilación de éxitos alcanzados por el artista en diferentes etapas. Ibarra tuvo participación autoral en algunos de los temas, a la vez que tuvo que ver en la producción de cada pieza.
“Ahora lo siento listo para interesar al mercado hispano de Estados Unidos y es por ello que estoy aquí promocionando este disco”, fue su comentario durante una entrevista en un hotel de Van Nuys.
El hijo de la famosa actriz, cantante y productora teatral Julissa y del cantante y músico sonorense Benny Ibarra, que fue la figura central del grupo musical Los Yaki, se ha resistido siempre a ser únicamente un aprovechado de lo mucho que hicieron sus padres.
Tampoco se basa en que su abuela fue la popular actriz ya desaparecida Rita Macedo, que Luis de Llano Palmer, su abuelo, ha sido uno de los más importantes dirigentes en la televisión de habla castellana, tanto en México como en la Unión Americana y que fue también quien introdujo en México las comedias musicales al estilo de Broadway.
“Estoy bien preparado musicalmente y aplico lo que he aprendido para aportar lo mío en pro de que haya más reconocimiento hacia la música pop latina, particularmente la mexicana, pues en mi opinión se le tiene en un nivel de apreciación muy bajo con relación a su realidad cuando se hace referencia a su calidad”, apuntó en la entrevista.
Explicó que, en su opinión, lo que se denomina música pop debe aplicarse a una gama amplia de modalidades musicales y que de ninguna manera se le debe considerar tan superficialmente como es común que suceda.
Sus conceptos los apoya con buena base: además de importantes experiencias profesionales, cuenta con estudios realizados en el Walnut Hill School For The Arts en Natick, Massachusetts, tanto en música clásica, como en canto, guitarra, teoría musical, arreglo y composición, incluyendo teatro musical y drama.
Lo anterior fue complementado con estudios en el género de jazz, que realizó en el Berklee College of Music, de Boston.
A raíz de haberse agenciado tan interesantes conocimientos, Ibarra participó en el Festival OTI de la Canción en 1989, en el cual se le distinguió como el compositor, arreglista y director de orquesta más joven en esos festivales, los que contaron con la dirección y conducción de Raúl Velasco.
Para él es algo inolvidable haber celebrado sus 21 años de carrera (que inició a los siete de edad como actor) y diez como intérprete solista ante un gran público que llenó el Auditorio Nacional en junio de 2002.
Entre sus logros en la modalidad de cantante, anota el álbum Todo o Nada, que contó en la producción con la colaboración de Gouge Bowne (a quien se le acredita haber producido para Iggy Pop y Yoko Ono).
Fue coautor de las diez canciones elegidas para ese disco; las que fueron ejecutadas por reconocidos músicos que en cada caso formaban parte de populares conjuntos, como Maná, Café Tacuba, Caifanes, Juglares y Botellita de Jerez.
En cuanto a su álbum Cielo, compendio de sus mejores éxitos como solista, también representa parte de su propia música en temas como Tonto Corazón, Único, Sin ti, Todo o nada, Uno, Sutil dolor, Inspiración y Mía, además de la canción que da el nombre al disco.
Notable en su versatilidad y en su talento aplicable a varias facetas, Ibarra deja en claro que ser productor fonográfico es lo que más le apasiona.
¿Por qué?, se le preguntó en la entrevista. “Porque al producir aplico mis conocimientos musicales, mi inspiración y mis experiencias como intérprete”, fue su respuesta inmediata.
“También me parece que es apasionante poder trabajar con gente de tanta capacidad musical como Abraham Laboriel, Guillermo Méndez Guiú, Ruy García y Alix Bauer, entre tantos más”.
Lucha contra la mediocridad
Benny Ibarra asegura que la búsqueda y los grandes retos a los que se ha enfrentado a lo largo de su carrera musical, han sido los elementos que le han liberado de caer en la mediocridad, por ello durante diez años, ha luchado por llevar música propositiva y arriesgada al público.
-Un tanto contrariado Benny añadió: "Es una lástima que en México no te dejen crecer. Aquí no puedes salir con algo más nuevo, moderno, arriesgado y propositivo porque espantas a todo mundo".
-Por otra parte, Benny Ibarra externó que una de sus grandes metas en la vida es "tocar con los grandes músicos, así como continuar cantando y componiendo la música que a mí me gusta".
-El nuevo disco pretende hacerlo con tiempo suficiente para ofrecer la calidad, para que así sea versátil y muy diferente a lo que ha hecho."Sí me doy mi tiempo, pero es para garantizar discos bien grabados y de calidad, eso es lo que me hace sentir tranquilo, podría ser muy famoso como muchos compañeros, pero que no creen en lo que están haciendo, pero son famosos y millonarios, o que quisieran hacer algo propositivo, pero ya es esclavizante ser el número uno como Luis Miguel".
-Benny Ibarra y Celina del Villar se convirtieron por segunda ocasión en papás en agosto del año pasado. Ahora tienen a un varón, el cual pesó tres kilos, 295 gramos.
-Antes de dar sus primeros pasos como cantante solista en 1992, tuvo participación en la reposición teatral de la exitosa obra Vaselina, al lado de Thalía, en el teatro Manolo Fábregas de la ciudad de México. También destacó al hacer el papel de Jesucristo en el musical Godspell.
-En su modalidad de productor fonográfico realizó en 1990 un disco para OV7, el conjunto juvenil de música pop formado originalmente por Julissa; también dirigió un álbum para su hermano Alex Ibarra.
-Además, con él y con la progenitora de ambos permanecieron en un espectáculo que llegó a las 170 representaciones en el Teatro de los Insurgentes en la capital del país.
-En 1998 se produjo un reencuentro de ex de Timbiriche tras varios años. Durante 20 representaciones en el Auditorio Nacional y más de 30 en otras ciudades mexicanas, en Estados Unidos y Guatemala, Benny fue productor y director musical, con sus ex compañeros de la anterior década: Paulina Rubio, Sasha Sokol, Mariana Garza, Diego Shoening y Alix Bauer.
FUENTE: Agencias