San Sebastián, España.- Los ecos del mayo del 68 llegaron al Festival de Cine de San Sebastián de la mano de Bernardo Bertolucci, en cuya película Los Soñadores se respira la libertad que conquistaron los jóvenes de entonces en lo referente a las costumbres, las relaciones humanas, el sexo y el amor.
El gran cineasta italiano, que presentó su última película en la sección Zabaltegi, no ha hecho un film sobre el mayo del 68 francés, sino ?una invitación a los jóvenes de hoy en día a conocer a tres personas de aquella época y a mantener un cara a cara enriquecedor?.
Los Soñadores va dirigida a los jóvenes de nuestros días, ?no a quienes vivieron aquella época?, explicó Bertolucci, quien ha comprobado que las nuevas generaciones tienen un conocimiento muy ?pobre? de la revolución de las costumbres que protagonizaron sus padres.
?Hay un revisionismo del mayo del 68 que tiende a rechazarlo porque se considera un fracaso, y eso es un error histórico y una gran injusticia, porque yo tenía casi treinta años en aquella época y sé que la vida y la sociedad era muy distinta antes de que aquello ocurriera?, aseguró el realizador de Novecento.
Bertolucci está convencido de que hay muchos jóvenes próximos al espíritu del mayo del 68 y muchos otros que no lo están, ?porque ahora el mundo es diverso y esa diversidad nació en los sesenta?.
A pesar de que el espíritu de la época está presente, la película no muestra las revueltas estudiantiles, sino que se desarrolla casi exclusivamente en el interior de una casa.
Sólo hay una manifestación al inicio del filme, en la que los tres protagonistas se conocen, y otra al final, en la que se separan dispersados por las porras de la policía.
?La carga policial es el hilo conductor entre los sesenta y nuestros días?, dijo Bertolucci, que recordó la dureza de la represión que ejerce la policía en manifestaciones antiglobalización como la recientemente ocurrida en Génova (Italia).
?Quiero plantearles a los jóvenes, que si era justo rebelarse entonces también lo es ahora y que la rebelión forma parte de su potencia hormonal?, señaló el veterano cineasta.
Bertolucci está convencido de que el mayo del 68 revolucionó las costumbres, pero algunos persisten en no darse por enterados, como los grandes estudios cinematográficos norteamericanos que han obligado al cineasta a cortar una escena para poder exhibir su largometraje en grandes salas.
La escena cortada son dos minutos de sexo explícito en la que se ven unos genitales masculinos. A este respecto Bertolucci dijo ?mi película puede ser acusada de cualquier cosa menos de obscena. La obscenidad nace en el momento que el desnudo queda cubierto por una hoja de parra?.
Después del acercamiento a la atmósfera del mayo del 68 que supone Los Soñadores, Bertolucci está preparando una película totalmente diferente ambientada en la Italia de 1590.
?Hay cineastas que consiguen ocuparse siempre del mismo tema. Yo no logro repetir la misma película porque tengo miedo de imitarme a mí mismo y cuando acabo una película me veo obligado a alejarme de ella y a hacer una muy diferente?, aclaró.
De hecho, desde El Último Tango en París (1972) Bertolucci no había vuelto a plasmar el París de los sesenta, pero su reencuentro con la capital parisina ha dado lugar a una película diferente, aunque igualmente salpicada del cariño que el cineasta siente por esta ciudad.
Otro amor de Bertolucci que está muy presente en Los Soñadores es su pasión por el cine, que plasma con la inclusión de fragmentos de películas y con los debates sobre cine que plantean los protagonistas.