México, DF.- A Betsy Pecanins no se le nota la cruda, y es que lo más probable es que el efecto tequila no haya pasado. De ahí que se le vea tan jovial presentando su nuevo material discográfico: Tequila Azul y Batuta.
El disco recoge una serie de grabaciones realizadas el año pasado durante las presentaciones de la cantante, acompañada de la Orquesta de Baja California, dirigida por Eduardo Díazmuñoz.
Vestida de negro, con sonrisa pronta y mirada profunda, aunque no más que su voz, Betsy charla sobre las canciones rancheras que interpreta en forma de blues.
“No es la resaca, pero sí está inspirado en el efecto tequila. Mi trabajo tiene que ver con la música mexicana. Esta vez nos acompaña una orquesta de cámara. El sonido cambia”, comentó.
El material, grabado bajo el sello 400 Lunas, integra entre los arreglistas a Diazmuñoz, Arturo Manríquez, Enrique Nery y Eugenio Toussaint.
“El punto de coincidencia entre la música ranchera y el blues es el temperamento. Son cantos azules, de tristeza y dolor. Son sensuales, pero también de humor porque aunque te esté llevando la tristeza te estás riendo de ti mismo. Son cantos curativos, para alivianarse”, señaló.
Betsy Pecanins nació en Estados Unidos, de ahí le viene su veta blusística. Pero viajaba cada año a México, lugar en donde ha pasado la mayor parte de su vida.
“Me considero una cantante mexicana, aunque no canté rancheras hasta después de muchos años de estar cantando blues”, dijo.
Betsy fue la encargada de dar voz nada más y nada menos que a Lucha Reyes en el soundtrack de la película La reina de la noche. Ella rechazó el trabajo, en primera instancia porque no se consideraba apta, pero le pidieron que cantara Por un Amor, y la contrataron.
Desde chica estudió piano y flauta transversa. Estuvo en el coro de la escuela y, en su adolescencia se percató de que podía cantar. Esta capacidad paulatinamente se volvió una necesidad.
La talentosa Betsy Pecanins cuida su voz, tiene una maestra, vocaliza y respira, pero está consciente de que el tiempo puede causar cambios en los tonos. La única vía para extender la voz es el entrenamiento, aclara la cantante con la confianza de quien se educó oyendo a Janis Joplin, Coco Taylor y Lola Beltrán.
A pesar de que sus dotes líricos le permitirían ingresar en otros géneros, Betsy prefiere mantenerse en lo que ha hecho bien: “Por esta mezcla de culturas que tengo, de momento un blues se convierte en cumbia y luego en danzón. Me cuido de no ser la cantante de todos los géneros. Lo que yo quiero es decir cosas del alma y el blues y las rancheras son vehículos”.