Reuters
Bagdad, Iraq.- El viceprimer ministro iraquí, Tareq Aziz, anunció ayer que el jefe de inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, viajará a Iraq el ocho de febrero, y se burló de los planes estadounidenses de revelar presuntas armas de exterminio en su país.
El primer ministro británico, Tony Blair, el principal aliado de Washington contra Iraq, regresó a su país tras reunirse con el presidente norteamericano, George W. Bush.
Blair pronosticó que la opinión pública mundial apoyaría una nueva resolución de la ONU que podría autorizar un ataque a Iraq.
“Creo que habrá una nueva resolución”, dijo Blair a periodistas en el avión que lo llevó a Londres tras su crucial reunión con el mandatario estadounidense.
En Badgad, Aziz dijo que no se espera que Blix se reúna con el presidente Saddam Hussein en su próxima visita, pero que consultaría con expertos iraquíes sobre el establecimiento de páneles para discutir temas importantes.
Blix y el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Mohamed ElBaradei, fueron invitados a Bagdad, después de que informaron al Consejo de Seguridad de la ONU el lunes de la semana pasada sobre sus investigaciones en Iraq en busca de armas prohibidas.
Ambos dijeron que Iraq no había proporcionado información suficiente que les ayudara a verificar si Bagdad tenía armas de exterminio o si las había destruido.
Aziz dijo que cualquier evidencia que el secretario de Estado norteamericano Colin Powell planeaba presentar sobre presuntos programas de armas iraquíes en una reunión el miércoles del Consejo de Seguridad de la ONU sería “mentira” porque Bagdad no posee un arsenal de armas químicas, biológicas o nucleares.
Los equipos de inspectores visitaron 11 sitios ayer en Iraq. Estudiantes de la Universidad Saddam protestaron por una visita de los expertos al departamento de biotecnología allá, diciendo que interrumpía sus estudios.
Los inspectores dijeron que no lograron entrevistar a un científico iraquí en privado, pues éste insistió en tener un testigo iraquí durante la reunión.
Blair usó su visita a la Casa Blanca para argumentar sobre la importancia de continuar seguir la ruta de Naciones Unidas en cuanto al tratamiento del tema de Iraq.
En cambio, Bush pareció menos entusiasta en una conferencia de prensa conjunta el viernes, diciendo que una nueva resolución no debería ser usada como táctica de demora.
Diferencias de opinión
La radical posición británico-estadounidense no es compartida en todo el mundo, y Europa está muy dividida en torno a Iraq.
Blair dijo que insinuaciones sobre una disputa entre su gobierno y la Casa Blanca era un “disparate”.
Sus asesores indicaron que Bush apoyaba en privado la idea de una segunda resolución pero no quería dar impresión de debilidad ante el gobierno de Saddam Hussein.
Blair y Bush dijeron que la crisis en Iraq estaba entrando en su fase final, y que se podría esperar una decisión en las próximas semanas.
“Creo que estará muy claro a la gente en las próximas semanas si Hussein coopera o no”, dijo Blair, a bordo del avión. “Si no cumple, tenemos que actuar”.
Londres y Washington han dicho en varias ocasiones que no creen que Iraq está cooperando con la resolución 1441 de la ONU, que en noviembre exigió que Iraq se despojara de sus presuntas armas de exterminio.
“El conflicto no es inevitable si Saddam cumple”, dijo Blair.
Diplomáticos en Naciones Unidas dijeron que esperaban que Washington presionara para una nueva resolución en unas dos semanas, si cree que tal medida puede tener éxito.
Para obtener la aprobación de otra resolución, sería necesario persuadir a Francia y Rusia para que la respalden.
Ambos países tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad, y desean que los inspectores tengan más tiempo para realizar su trabajo en Iraq.
Blair se reunirá la próxima semana con el presidente francés Jacques Chirac.