EL PAÍS/Agencias
BAGDAD, IRAQ.- Una bomba colocada en un camión de combustible mató ayer a 17 personas en Bagdad en un nuevo episodio de violencia tras la captura del ex presidente Saddam Hussein, al tiempo que se debate en diversas partes del mundo cómo aplicar la justicia en su caso.
La bomba en el distrito de Bayya explotó poco después del amanecer creando una bola de fuego que devoró un atestado microbús y a otros vehículos civiles, dijo la policía.
Un agente dijo que el objetivo podría haber sido una estación policial cercana. La mayoría de los muertos eran pasajeros del pequeño autobús y unas 15 personas resultaron con graves quemaduras.
“Se produjo en una intersección y vi al camión como explotaba delante mío antes de perder el conocimiento”, dijo Mutaab Aybee, de 16 años en un hospital de Bagdad.
Coches bomba han sido utilizados en una serie de atentados por parte de las guerrillas, incluido el ataque contra el cuartel general de las Naciones Unidas en Bagdad y las oficinas del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Los militares estadounidenses dijeron que habían incrementado operaciones para eliminar los ataques contra las tropas y contra iraquíes que cooperan con Estados Unidos.
Señalaron que sus fuerzas habían matado a tres atacantes y herido a otra persona en la ciudad norteña de Mosul cuando trataban efectuar ataques desde su vehículo.
Washington culpa de los ataques seguidores de Hussein y a militantes islámicos extranjeros, causantes de casi 200 bajas mortales estadounidenses desde el primero de mayo cuando Bush declaró que los combates de envergadura habían concluido.
Fuerzas estadounidenses dijeron que habían arrestado a otras ocho personas en Samarra, a unos 100 kilómetros al norte de Bagdad como parte de operaciones en el área que dieron como resultado la detención el martes de 73 sospechosos.
También dijeron que ayer habían detenido a tres sospechosos en Baquba, a unos 65 kilómetros al norte de Bagdad. Uno de ellos es sospechoso de organizar atentados en la zona.
Rebeldes
El Ejército de Estados Unidos en Iraq tiene en su poder información detallada sobre la estructura de hasta 14 células de grupos armados que se mueven en Bagdad, datos que ya han permitido actuar contra seis. La documentación, hallada durante la captura el sábado de Saddam Hussein, ha conducido también a la detención de tres ex generales. “Sabemos cómo se financian las células y cómo reciben las orientaciones generales”, aseguró ayer el general estadounidense Martin E. Dempsey, comandante de la primera División Blindada, que tiene a su cargo la seguridad de la capital iraquí.
“Lo que la detención de Saddam ha dejado al descubierto es la estructura que existía por encima de la estructura local de células, es decir, una red; esta red era responsable del dinero de las células y creemos que estamos en ella”, dijo Dempsey, que compara los documentos encontrados con las notas que se toman en las reuniones y cuya impresión -a falta de un análisis más profundo del material- es que Saddam no dirigía los ataques.
, sino que recibía información por escrito de las acciones y las reuniones de planificación y ejercía el papel de inspirador: “Dudo mucho de que dirigiera las operaciones diarias. Hubiera sido imposible. Era la figura simbólica, y estas redes se relacionaban con él de una forma que puede caracterizarse como la de un hijo con sus padres”. Las comunicaciones encontradas son de las células a Saddam y le llegaban a través de mensajeros.
Hasta el momento, y siempre según las declaraciones de Dempsey a periodistas estadounidenses, sus soldados han intervenido en seis de las 14 células detectadas, pero no hay detalles sobre el resultado de las operaciones; únicamente, la detención de tres antiguos generales del Ejército de Saddam que no estaban entre los más buscados. Los soldados de la cuarta División de Infantería que se encargaron de la operación hallaron también, según su portavoz, proyectiles de artillería, morteros, baterías de vehículos, explosivos y mechas.