WASHINGTON, EU.- Barry Bonds tuvo que esperar 17 temporadas para llegar a su primera Serie Mundial, pero ya en el final de su brillante carrera el toletero de los Gigantes de San Francisco no puede dejar pasar otros 17 años y tratará de repetir su aparición en el clásico del béisbol de Grandes Ligas.
El año pasado, Bonds, el mayor jonronero de su generación y el único pelotero galardonado cinco veces como el Jugador más Valioso de su liga en la historia de las mayores, se quedó a cinco outs de su primer anillo de Serie Mundial para observar con horror cómo los Angelinos de Anaheim ganaban el sexto juego y aseguraban la serie en el séptimo.
Sin embargo, jugando en la difícil División del Oeste de la Liga Nacional con los Dodgers de Los Ángeles y los Diamantes de Arizona, Bonds bien podría olvidarse de sus sueños de ganar una Serie Mundial.
Si los Gigantes logran llegar de nuevo al clásico de otoño este año, será con un equipo completamente diferente al que ocupó en el 2002 el puesto de “wildcard” y logró superar los dos escollos de playoffs hasta la Serie Mundial.
Ya no están en el equipo el toletero Jeff Kent, el tercera base David Bell y el lanzador Russ Ortiz; mientras que Ray Durham, Edgardo Alfonzo, José Cruz Jr. y Marquis Grissom son rostros nuevos.
Para completar el panorama, el respetado Felipe Alou es el nuevo piloto del equipo, llenando los zapatos de Dusty Baker.
En diez años en Montreal, Alou se dio a conocer como un piloto que saca mucho de muy poco, pero ahora la presión estará en sacar mucho de una escuadra veterana y muy bien remunerada y evitar que la volubilidad de sus jugadores haga crisis.
Ganadores de la División del Oeste en tres de los últimos cuatro años, los Diamantes entran en la temporada esperando mejorar esa marca a cuatro de cinco.
Como siempre, todo éxito de los Diamantes dependerá de los brazos de sus lanzadores Randy Johnson y Curt Schilling, el mejor dúo de las mayores.
Dúo dinámico
Tras ganar 24 juegos el año pasado y capturar su quinto premio Cy Young, Johnson recibió una extensión de su contrato por dos años y 33 millones de dólares y tendrá que demostrar que vale cada centavo de su salario si los Diamantes tienen esperanzas de reclamar el título de campeones mundiales que ganaron en el 2001.
Schilling, la otra mitad del dúo de lanzadores más dominante del béisbol, parecía encaminado el año pasado a llevarse el Cy Young, pero una mala racha en septiembre lo dejó en 23 juegos ganados.
Un buen cuerpo de lanzadores podría también propulsar a los Dodgers al banderín de la Liga Nacional y la Serie Mundial.
Los Dodgers cuentan con una rotación encabezada por los japoneses Hideo Nomo (16-6) y Kazuhisa Ishii (14-10), pero hay algunas interrogantes sobre Kevin Brown y Darren Dreifort, que regresan de graves lesiones.
Si Brown y Dreifort fallan, los Dodgers pueden recurrir al zurdo Odalis Pérez, que tuvo una marca de 15-10 la temporada pasada con dos juegos de un hit, dos blanqueadas y dos juegos completos.
En el Este, los Filis de Filadelfia, 80-81 el año pasado, están reforzando el equipo antes de mudarse a un nuevo estadio en el 2004 y tanto la instalación como el conjunto lucen como ganadores.
El gerente general Ed Wade abrió el bolsillo y salió de compras, para regresar con el toletero Jim Thome, Pat Burrell y el tercera base David Bell. También firmó al ex lanzador de los Bravos de Atlanta Kevin Millwood, quien ganó 18 juegos el año pasado para encabezar una sólida rotación de lanzadores.
La pregunta es: ¿podrá la costosa renovación de Wade impedir que los Bravos capturen su duodécima corona consecutiva en el Este? Los Bravos terminaron con la mejor marca de la Liga Nacional el año pasado con 101 victorias, pero perdieron a sus lanzadores estrella Tom Glavine, que se fue a los Mets, y Millwood. Tampoco tienen este año a Damian Moss, Kerry Lightenberg, Chris Hammond y B.J. Surhoff.
Nuevos rostros importantes
Es difícil decir si los Mets de Nueva York entrarán en la lucha de la Liga Nacional. La temporada pasada muchos escogieron a los Mets como sus favoritos para ganar el Este, para después verlos desplomarse bajo el peso de grandes decepciones en el terreno y fuera del terreno y terminar el año en último a 26,5 juegos de los Bravos.
Al igual que sus rivales del otro lado de la ciudad, los Yanquis, los Mets no temen abrir la billetera y deben dar pelea, especialmente con la adición de Glavine a un equipo que ya cuenta con figuras reconocidas como Roberto Alomar, Mo Vaughn, Jeremy Burnitz y Roger Cedeño, quienes tratarán de recuperarse de los traspiés del año pasado.
Art Howe, que llevó a los Atléticos de Oakland a tres playoffs consecutivos, deberá llevar la calma a un conjunto sacudido por todo tipo de divisiones internas y controversias, como acusaciones de uso de marihuana.
En la División Central, los Cardenales de San Luis tratarán de sobreponerse a una serie de lesiones sufridas el año pasado y las muertes del lanzador Darryl Kile y su locutor tradicional Jack Buck.
Tony LaRussa, uno de los pilotos más respetados del béisbol de Grandes Ligas, es en gran parte responsable de la unidad del equipo y puede esperar ser uno de los contendientes este año nuevamente.
Los Cardenales cuentan con una de las mejores defensas del deporte con cuatro ganadores del Guante de Oro en un grupo de bateadores capaz de producir a la ofensiva, encabezado por los toleteros Scott Rolen y Albert Pujols.
El principal rival de San Luis en su división será los Astros de Houston, que también presentan un equipo muy balanceado.
Jeff Bagwell, cuatro veces ganador del Guante de Oro y con 31 jonrones el año pasado contará con el gran apoyo en la alineación de Jeff Kent, recién llegado de San Francisco, donde bateó 37 cuadrangulares.