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MÉXICO, D.F.- Después del Mundial Corea- Japón 2002 la figura de Jared Borgetti se había mantenido apartada de los primeros planos. Antes, sus goles estuvieron a punto de guiarlo al balompié italiano.
Durante la era de Ricardo La Volpe, el seleccionado santista no había logrado marcar. Siete partidos y sólo cuatro goles del Tri, aunque ninguno de él. Los anotadores habían sido Pavel Pardo, Jesús Olalde, Christian Patiño y Daniel Osorno.
Recién el domingo, en su presentación en la Copa Oro, Borgetti marcó el gol del triunfo ante Brasil. Apenas el quinto en ocho encuentros.
Pero Jared volvió a los primeros planos. La contundencia por la vía aérea. Su especialidad.
"He pasado por muchas crisis. Considero que aún no he salido de ésta, pero al menos representa un aliento", confesó el jugador.
Hasta antes de este partido, el goleador santista participó en cinco de los siete encuentros. Sólo se perdió los duelos ante Argentina y Estados Unidos. En ambos, el tricolor se fue en blanco.
La situación no cambió con él en punta: 0-0 contra Colombia, 0- 0 frente a Brasil, 2-0 ante Bolivia -en el que pasó de noche- y 1-1 con los paraguayos.
Borgetti sufrió críticas más severas al medirse con unos brasileños plagados de figuras en el Estadio Jalisco. Lo malo es que al menos dejó ir un par de goles.
Ayer el mérito fue mayor, en esta ocasión ante un juvenil Brasil. Daniel Osorno desbordó y su centro fue aprovechado por Jared entre dos torres amazónicas.
"Nunca he perdido la confianza en mí. Los goleadores son de rachas y yo siempre las intento. A veces las metes y en otras no, lo importante es intentarlo", agregó.
La insistencia de Daniel Osorno por la banda izquierda resultó clave en la jugada del gol.
Pese a las críticas que lo involucraban como un jugador al que le quedaba grande la camiseta, resultó letal su desborde.
"Lo busqué una y otra vez. Cuando un entrenador te manda, aunque te fallen las piernas, hay que intentarlo siempre", dijo Osorno, quien agregó que "poco a poco voy mejorando y me gano la confianza del entrenador".
Lo de la camiseta no le incomoda, "porque estoy en la Selección desde la Sub-20 y he aprendido lo bueno y lo malo. Representar a muchos mexicanos es muy importante para mí".
Al menos hoy la confianza volvió al campamento tricolor. Sonrisas, optimismo y Borgetti, quien ya está de regreso.