El SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Pisotones, desorientación, empujones, indignación y todo un caos se apoderó de la reunión a la que fueron convocados los ex braceros para inscribirse y entregar documentación para el programa de indemnización, ayer durante la mañana en el gimnasio municipal, “Luis L. Vargas”.
La cita era a las nueve. Algunos, procedentes de distintos municipios de la región, llegaron desde cuatro o cinco horas antes; otros tuvieron que viajar hasta aquí desde otros Estados, gastar en hospedaje y alimentación desde el día anterior. Para muchos todo fue inútil.
La convocatoria se dio a conocer desde el 17 de julio y la respuesta fue de más de dos mil personas, según los cálculos de Isidro Barrientos Adame, quien en los últimos días lidera a los ex jornaleros agrícolas en sus demandas de hacer efectivo el programa anunciado por el Gobierno Federal.
Aunque la recepción de documentos y entrega de fichas inició a la hora programada, dos horas después todo era desorden y confusión, cuando el representante de la Secretaría de Gobernación en el Estado de Durango, José Isabel Villegas Piña, informó a todos los asistentes que sólo se recibirían 450 paquetes de documentación y se expedirían mil 500 fichas para que este mismo número de personas entregara su papelería en los próximos 15 días.
Las filas se rompieron y la gente abandonó las gradas del gimnasio para concentrarse en la avenida Mina, afuera del lugar, desde donde reclamaban un trato justo y digno de acuerdo a su edad y condición de ex trabajadores agrícolas.
Personas de edad avanzada, en su gran mayoría, se exponían al constante paso de vehículos sobre la avenida, que a consecuencia del movimiento cerró su circulación a un sólo carril, auxiliada por tres elementos de tránsito que no se daban abasto, pues el cruce de peatones de un lado hacia otro era interminable.
También tuvieron que soportar los pisotones y empujones cuando entraban y salían del gimnasio, desorientados porque no sabían qué hacer, con quién o cuándo acudir para continuar con el procedimiento.
Los de mayor edad, dependían del hombro de algún familiar para apoyarse y caminar pausadamente, de un lado a otro, mientras que otros permanecieron a la expectativa en sus sillas de ruedas o sentados en la banqueta del auditorio.
Mujeres con bastón, otras en estado de salud delicado, hicieron necesaria la presencia de una ambulancia, que con cuatro socorristas a bordo se mantuvo ahí varias horas, a la expectativa de que alguien demandara atención de emergencia.
Con un pequeño papel numerado en sus manos, se regresaban para preguntar cuándo y dónde, pues aunque la ficha indicaba que el día 15 de este mes sería la próxima cita, no mencionaban el lugar por acudir: “Al Estadio Rosa”, respondía a cada uno Villegas Piña.
También se solicitó el apoyo de la Policía Preventiva para ordenar el flujo de personas, pero no se tuvo respuesta.
El problema, dijo, ha radicado en que las oficinas centrales no envían la suficiente documentación para inscribir a los ex jornaleros agrícolas, aunado a que la representación duranguense no cuenta con personal ni una oficina en la región que brinde información de manera permanente a los interesados.
A consecuencia de ello, seis personas que acudieron a realizar trámites fueron asignadas para recibir la documentación “como se hace en las elecciones cuando faltan funcionarios de casillas”, dijo Villegas; incluso, miembros de su familia trataban de ayudarlo en la expedición de fichas, pero mostraron su enojo al ver que la gente se amontonaba y no respetaba el orden de las filas.
Isidro Barrientos sostuvo un enfrentamiento verbal con el funcionario y después manifestó que no era nada justo el trato proporcionado a los ex trabajadores agrícolas de los Estados Unidos, por lo que seguirían demandando que el programa se aplicara de manera adecuada.