30 agosto 2003
HELSINKI, (Reuters).- El seleccionado de Brasil hizo historia el sábado al consagrarse campeón del Mundo por tercera vez en su historia luego de vencer a España en la final de la Copa del Mundo sub-17 de fútbol, que se jugó en Finlandia.
En el partido definitorio, Brasil derrotó 1-0 a España y extendió el dominio del fútbol de su país a las categorías juveniles, luego que el seleccionado mayor se consagrara pentacampeón en el Mundial de Corea del Sur y Japón del 2002.
En la categoría, el combinado "verdeamarelho" se había quedado con los títulos en los Mundiales de 1997 y 1999, jugados en Egipto y Nueva Zelanda respectivamente El gol del título lo anotó Leonardo, a los seis minutos.
Brasil se mostró más sólido en el inicio del partido y sacó ventaja con rapidez. A los seis minutos, Leonardo marcó al tomar un rebote tras un esquinado tiro libre de Joao que pegó en un palo. A partir de ese momento, Brasil tuvo 30 minutos de un fútbol brillante, lapso en el que contó con varias oportunidades para anotar.
Una de las más claras la tuvo Abuda, quien a los 14 minutos pegó un tiro en el travesaño al tomar un rebote del arquero español Mandaluniz tras un remate de Evandro.
Pero después de la media hora de juego, la intensidad de los sudamericanos cayó y España, de a poco, emparejó las acciones. En la segunda mitad, el conjunto europeo tuvo mucho más protagonismo, ya que monopolizó el control del balón y llegó con peligro al arco defendido por Bruno. Xisco, Cesc, Francis y David tuvieron las posibilidades más claras para España.
Brasil pareció sentir el cansancio y la presión de los españoles y se replegó en el propio campo. En los últimos minutos, un cabezazo de Francis y un remate de izquierda de David le dieron mucho trabajo a Bruno.
A pesar que el pitazo final se acercaba, España no se desesperó y atacó con orden en todo momento. Los minutos finales fueron apasionantes, y en el descuento Bruno aseguró que el título fuera a Brasil al enviar a tiro de esquina un peligroso cabezazo del goleador Cesc.
Bronce para Argentina
En el partido que abrió la jornada, Argentina se recuperó de la desazón por la derrota en semifinales ante España y se quedó con el tercer puesto al empatar 1-1 con Colombia e imponerse en la definición por penales.
En la serie de penales, el arquero argentino Oscar Ustari, uno de los mejores valores de su equipo a lo largo de la competencia, se convirtió en el héroe al atajar dos remates de los colombianos.
Argentina se puso en ventaja con rapidez, ya que a los cuatro minutos Diego Lagos abrió el marcador. A pesar de ir ganando, el equipo albiceleste no pudo dominar las acciones del encuentro ni aumentar la diferencia.
En una de las primeras acciones de peligro de la segunda etapa, una falta del capitán argentino Lautaro Formica sobre Gustavo Ramos fue sancionada como penal por el árbitro Eddy Maillet. A los 53, Carlos Hidalgo marcó el empate al convertir la pena máxima.
Hasta el final hubo varias situaciones de gol pero ninguno de los dos equipos pudo sacar ventajas, por lo que el bronce se definió por penales, en los que el equipo albiceleste ganó 5-4.
En esa instancia, para Argentina convirtieron Ezequiel Garay, Lautaro Formica, Leandro Díaz, Ariel Colzera y Mariano Hassell, mientras que Alejandro Faurlín desvió su remate. Para Colombia anotaron José Otalvaro, Fredy Guarín, Hidalgo y Edwin Movil. Los disparos de Víctor Vargas y Juan Nuñez fueron atajados por Ustari.
Con este resultado, Argentina repitió el tercer puesto conseguido en los mundiales de Italia y Ecuador, en 1991 y 1995, respectivamente.