Sao Paulo, (Notimex).- La cultura sexual de Brasil, siempre vista desde los ojos del extranjero como seductora y provocativa, deambula entre un mito de exuberancia alimentado por la lujuria y las fantasías hechas realidad.
"Antonia", una de las miles de trabajadoras sexuales de Sao Paulo, afirmó que "el sexo aquí, en Brasil, tampoco es como todo el mundo cree, pero tampoco se puede negar que es más liberal que en muchos otros lados del mundo".
"Cuando uno va al extranjero siempre los hombres piensan que todas las brasileñas son mujeres muy liberales, y aunque en muchos casos puede ser cierto, pienso que no se puede generalizar o estigmatizar a todas las brasileñas", agregó.
La joven, caucásica y de unos 24 años, integra un universo de mujeres, música, lugares, bebidas, vicios y atracción que confluyen en la vida nocturna de la capital financiera del país.
Sao Paulo, la mayor metrópoli sudamericana con 16 millones de habitantes, con su cortina de negocios, cultura y desarrollo propios de una gran urbe, esconde una vida nocturna y sexual que es más evidente que en otras regiones del país.
Sin alcanzar la fama de la ciudad de Río de Janeiro en su seducción para satisfacer los placeres carnales, Sao Paulo también es atractivo para la oferta y la demanda del milenario oficio del trabajo sexual.
La vida diurna, con una creciente industria pornográfica y gran comercio de artículos sexuales como revistas, juguetes y vídeos, tanto en el mercado clandestino como el legal, anticipan una innegable realidad nocturna en la capital paulista.
Céntricas calles de la capital paulista, como la ya famosa Rua Augusta, albergan muchos sitios nocturnos, donde sugestivos nombres en luces de neón alusivos al medio oriente, la noche y los encuentros fortuitos atraen a los transeúntes.
Con el mismo patrón de decoraciones internas y fachadas que tienen todos los clubes nocturnos y sitios de diversión en cualquier ciudad del mundo, los sitios brasileños marcan su diferencia y se hacen particulares frente a los demás por su espontáneo entorno.
Al ritmo de la samba, la lambada y el forró, muestras de la música autóctona brasileña ricas en movimientos femeninos sensuales y provocativos, ninguno de los clientes que acuden a estos sitios dejan escapar la oportunidad de bailarlos.
"Eso es lo que hace diferente a los lugares brasileños de los demás, el poder mostrar nuestros encantos que están a la vista ahora con un toque de sensualidad adicional que pasa entre la diversión y la provocación", apuntó "Antonia".
La mujer, de cabello rizado de color negro azabache, reconoció que "igual como sucede en cada país, en Beirut son atrayentes las danzas árabes o en Europa la música dance, Brasil, con su música y movimiento, tiene su encanto particular".
El ciudadano danés Peter Jacobsen, quien frecuenta desde hace varios años Sao Paulo por motivos de negocios, coincidió que "en cualquier lugar del mundo el negocio de la prostitución es igual, pero Brasil tiene algo especial a los demás".
"En Europa las mujeres de la calle son demasiado liberales y eso hace a veces que uno les pierda el encanto. El resto de las latinas se cohíben en muchas cosas, pero las brasileñas siendo también liberales mantienen su dominio seductor", añadió.
Como "Antonia" y Jacobsen, dos personajes tomados de un mundo bohemio que forma parte de la vida nocturna de cualquier país, pasarán muchos otros que tendrán sus propias historias, sus propias fantasías y sus propias realidades en el entorno brasileño.