Reuters
WASHINGTON, EU.- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dejaron de lado ayer sus diferencias ideológicas y se comprometieron trabajar juntos en la integración de América Latina.
“Creo que esta reunión puede establecer un nuevo marco en las relaciones Brasil-Estados Unidos”, dijo Lula en una conferencia de prensa, luego de reunirse durante casi tres horas con Bush, donde aprovechó la ocasión para solicitar el apoyo de Estados Unidos para mejorar la infraestructura en América del Sur.
“Le expliqué a Bush que Brasil puede y debe tener un papel importante en América de Sur, pero que no se consigue tener un papel importante apenas con palabras”, agregó.
Dijo que planteó a Bush un “modelo de desarrollo que tenga en cuenta el desarrollo de la integración física”, refiriéndose a la necesidad de mejorar los puertos, carreteras y las vías férreas. Al consultarle si Bush había comprometido su apoyo a la iniciativa -uno de los pocos elementos concretos de la cumbre que incluyó la presencia de diez ministros brasileños- Lula dijo: “Pienso que va a ayudar”.
Los dos países crearon tres comités de consulta de alto nivel: uno con el Departamento del Tesoro para fomentar el crecimiento, un grupo de consulta agrícola y un mecanismo de consulta en el área de energía.
Esos tres comités se suman a otros cincos que ya estaban en marcha, abordando temas que van desde la educación hasta la defensa.
En breves declaraciones a la prensa antes de comenzar su cita con Lula, Bush subrayó que era su tercer encuentro con el presidente brasileño, quien asumió el primero de enero, y dijo que la relación de Estados Unidos con Brasil era “vital e importante”.
“Brasil es una parte increíblemente importante de una próspera Norte y Sudamérica”, dijo Bush antes de la reunión.