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BEIJING.- Un enviado ruso llegó ayer a Pyongyang en busca de una solución para la crisis nuclear en la península coreana, mientras un funcionario de las Naciones Unidas advertía que millones de personas en el empobrecido país comunista no disponían de alimentos suficientes.
Los rumores de guerra subrayan la gravedad de una crisis que distrae a Washington de Iraq, mientras el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Losyukov, regresó de Beijing después de conversar con funcionarios Chinos sobre cómo proceder.
El líder norcoreano Kim Jong-il elogió a la defensa aérea del país ante lo que llamó movimientos hacia la guerra del enemigo, informó la prensa estatal a pesar de nuevas declaraciones de que Washington desea una solución diplomática.
“Nosotros no deseamos incrementar ninguna crisis. No queremos guerra”, dijo el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en una entrevista del periódico alemán Sueddeutsche Zeitung.
El comentario de Kim Jong-il tuvo lugar dos días después de que el ministro de Defensa de Corea del Sur dijo que su país estaba preparado para “lo peor”: una guerra entre el Norte y Estados Unidos.
El presidente electo de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, pareció restar importancia al comentario, diciendo que él no veía la necesidad de preocuparse demasiado.
Por su parte, el embajador de Corea del Norte en China, Choe Jin Su, dijo ayer en Beijing durante una entrevista con la agencia noticiosa japonesa, Kyodo, que el retraimiento diplomático podría resolverse a través del diálogo si Washington se comprometiera a no invadir a Iraq.
Según la agencia Kyodo, el embajador también manifestó que Washington debería reconocer la soberanía de Corea del Norte y no debería impedir el desarrollo de su país.
“Estados Unidos conduce la opinión mundial en una dirección equivocada, como si estuviera interesado en el diálogo, pero su postura no ha cambiado con respecto a ‘primero hay que abandonar el programa nuclear y luego conversaremos’”, dijo el diplomático.
El subsecretario de Estado, James Kelly, llegará hoy a Japón para sostener conversaciones sobre la crisis.
A la pregunta de sí Japón estaba ejerciendo suficiente presión en la región, un funcionario estadounidense dijo a reporteros: “Tanto Estados Unidos como Japón temen que este proceso podría prolongarse, y necesitamos mantener algunas flechas en nuestra aljaba a lo largo del camino”.
La crisis, que comenzó en octubre cuando Washington dijo que Pyongyang había admitido tener un programa de armas nucleares, ha generado una oleada de esfuerzos diplomáticos.
Tres enviados australianos se marcharon el sábado de Corea del Norte, después de una visita de tres días. Los tres diplomáticos declinaron hacer comentarios a su llegada a Beijing.
Sin embargo, el enviado de las Naciones Unidas Maurice Strong pareció criticar al presidente estadounidense, George W. Bush, por vincular la ayuda alimenticia a la empobrecida Corea del Norte a la crisis nuclear y dijo que de seis a ocho millones de personas sufrían escasez de alimentos.
“La ayuda humanitaria, como confirmó personalmente el presidente Bush, está atada a la política de esta crisis”, dijo Strong sobre la decisión estadounidense a fines del año pasado de interrumpir los envíos de alimentos hasta que las condiciones de supervisión nuclear estuvieran en niveles aceptables.
Corea del Norte expulsó a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se retiró del Tratado de No Proliferación nuclear y amenazó con reanudar las pruebas de mísiles.
“Uno no puede convertir a los niños, las personas enfermas y los ancianos en las víctimas de una crisis política que nada tiene que ver con ellos”, dijo el canadiense Strong a su llegada de Pyongyang.
Después de asumir inicialmente una línea dura hacia Corea del Norte, en que algunos funcionarios estadounidenses sugirieron la posibilidad de sanciones económicas, Estados Unidos dio un giro esta semana.
Washington ofreció reanudar una estancada iniciativa para ofrecer alimentos y energía a Corea del Norte si abandona su programa de armas nucleares.
Sin embargo, la prensa estatal en Corea del Norte mantuvo su retórica beligerante y acusó a Washington de engañoso.
“La República Popular Democrática de Corea está lista para el diálogo y para la confrontación”, dijo la agencia oficial de noticias KCNA, que reportó la llegada de Losyukov a Pyongyang.
“Estados Unidos debe tener en mente que todos los problemas pueden ser solucionados satisfactoriamente con un diálogo con la RPDC sólo cuando haya una actitud sincera basada en la buena fe”.