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CRAWFORD, TEXAS.- El presidente George W. Bush dijo que Saddam Hussein no tiene intención alguna de desarmarse y dijo estar seguro que las Naciones Unidas aprobarán una nueva resolución autorizando la guerra contra Iraq.
El presidente iraquí, según Bush, “no se ha desarmado por lo que el transparente panorama de hace cuatro meses, estoy seguro, será evidente después que el Consejo de Seguridad examine cuidadosamente los hechos”.
El líder iraquí, recalcó Bush, “no tiene intención de desarmarse, o de lo contrario lo habría hecho”.
“Hará como que se desarma, pero no va a desarmarse”, dijo Bush. “No piensa desarmarse”.
Acompañado del presidente del gobierno español José María Aznar, Bush agregó que la resolución será presentada al Consejo de Seguridad la próxima semana.
“El Consejo de Seguridad ha adoptado una posición diáfana y encara ahora una diáfana alternativa”, insistió el mandatario. “Ante la mirada del mundo, demostrará ahora que está dispuesto a hacer cumplir lo que dice”.
“Estamos listos para combatir juntos contra las armas de destrucción masiva y el terrorismo”, dijo Aznar. En España, un sondeo de opinión indicó que existe una creciente oposición contra la guerra en Iraq. Se opuso el 84por ciento, un 10 por ciento más que hace tres semanas, y entre los miembros del Partido Popular de Aznar la proporción era casi la misma.
Ambos líderes hablaron poco después que el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica dijera en Irán que Iraq no ha cooperado por completo con los inspectores.
Preguntado si es esta la última oportunidad que tiene el Consejo de Seguridad para demostrar su relevancia, Bush respondió con un tajante “Sí”. Cuando otro periodista le preguntó si está dispuesto a esperar otros dos meses antes de que actúe la ONU, volvió a responder con un terso “No”. “Se acaba el tiempo”, insistió Bush.
Durante la cena ofrecida el pasado viernes y las reuniones de ayer en la finca del presidente, Bush y Aznar analizaron cómo lograr que los dirigentes mundiales respalden la nueva resolución autorizando el uso de la fuerza militar contra Iraq.
Las conversaciones estuvieron centradas en torno al lenguaje de la resolución que Estados Unidos y Gran Bretaña presentarán el lunes al Consejo de Seguridad.
Ambos dirigentes hablaron por teléfono con el primer ministro británico Tony Blair y el primer ministro italiano Silvio Berlusconi para planear su estrategia.
Bush restó importancia a la posibilidad de que la resolución no convenza a Rusia, China o Francia.
“Creo que preguntaron lo mismo” hace cuatro meses antes de que el Consejo de Seguridad adoptara por unanimidad la primera resolución, respondió Bush a los periodistas.
Aznar reconoció que es “difícil concordar en algo que aún no existe”.
“Se agota el plazo”, insistió Bush. “Esta es una oportunidad para que el Consejo de Seguridad demuestre su relevancia y creo que el Consejo de Seguridad demostrará su relevancia porque Saddam Hussein no se ha desarmado”.
La Casa Blanca confía que Aznar pueda convencer a los aliados renuentes ante la posibilidad de que Iraq sea invadido. Empero, Aznar vino a Crawford con malas noticias.
El presidente del gobierno español llegó procedente de la capital mexicana, donde no logró convencer al presidente Vicente Fox de la posición norteamericana. Fox se opone a una acción unilateral y desea una solución pacífica.
En los últimos días, Aznar ha intentado captar más partidarios al campo de Bush, y habló con ese fin por teléfono con otros líderes europeos y árabes, incluyendo el hombre fuerte de Libia Moammar Gadhafi y el presidente egipcio Hosni Mubarak.
Bush se entrevistará la próxima semana con el presidente de Azerbaiyan, Heydar Aliyev, cuyo país se encuentra a 400 kilómetros de Iraq y que ha respaldado públicamente el pedido norteamericano para que Iraq se desarme.