Los Angeles (EU), (EFE).- El presidente de EU, George W. Bush, declaró zona de desastre al sur de California, mientras miles de bomberos luchan contra los incendios que han ocasionado al menos 14 muertos y destruido casi un millar de residencias.
La declaración permitirá que las autoridades del estado más poblado del país soliciten fondos federales para acudir en ayuda de miles de personas que han sufrido la pérdida de sus hogares.
La Casa Blanca señaló en un comunicado emitido en Washington que se ordenará la entrega de fondos federales a los condados de Los Angeles, San Bernardino, San Diego y Ventura, los cuales fueron declarados en emergencia.
Estos últimos dos condados han sido los más afectados por los incendios, que han destruido más de 250.000 hectáreas y dejado sin electricidad a decenas de miles de hogares.
Las conflagraciones han causado también el caos en las operaciones de la aviación comercial del estado y obligado a la Liga Nacional de Fútbol (americano) a trasladar al vecino estado de Arizona el partido que debían disputar esta noche los Chargers de San Diego y los Dolphins de Miami. Ese partido es tradicional la noche del lunes y se transmite por la televisión a todo el país.
"Es demasiada la devastación para que el partido se juegue aquí (en San Diego)", dijo a los periodistas el presidente de los Chargers de esa ciudad, donde quedaron suspendidas las labores estudiantiles. "Es decepcionante para todos nosotros, pero evidentemente ésta medida se ha tomado por la seguridad de todos", agregó.
El alcalde de San Diego, Dick Murphy, manifestó a la prensa que en la ciudad sólo funcionan los servicios más esenciales. "Es una situación terrible. Los peores incendios a los que nos hemos enfrentado en California en diez años", afirmó el gobernador de California, Gray Davis, comparándolos con los que en 1993 destruyeron hogares del área costera de Malibú, entre ellos varias mansiones de estrellas de Hollywood.
Davis anunció que en los condados de Los Angeles, San Diego, San Bernardino y Ventura han ocurrido "los peores incendios que hemos afrontado en California en diez años".
Los más veteranos de los 8.500 bomberos que luchan en este infierno aseguran que nunca han visto nada igual.
Señalan que más desconsolador son los múltiples frentes en los que prestan batalla, con una decena de incendios repartidos por todo el sur de California y en al menos dos de ellos se ha confirmado que son intencionados.
La llamas además se avivan gracias a los vientos de Santa Ana, que en el otoño boreal soplan desde el desierto, aumentan las temperaturas -ya por encima de los 35 grados centígrados- y acaban con la poca humedad de la zona. Esta situación no muestra indicios de mejorar en las próximas horas.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, las altas temperaturas y la ausencia de humedad se mezclarán en los próximos días con los vientos, lo cual propagará más incendios y mayor altura de las llamas, que en algunos lugares altos han alcanzado más de 10 metros.
La situación ha empeorado con nuevos incendios de mayor virulencia que los que los bomberos lograron contener horas antes, tras 16 horas de trabajo.
Aunque el corazón de Los Angeles está a buen recaudo de las llamas, la ciudad ya padece los efectos de una semana de cenizas y humo, con una mayor presencia de afectados en las vías respiratorias y en los ojos, enrojecidos ante la falta de humedad ambiental.