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Calor excesivo derrite glaciares alpinos

Los glaciares alpinos, fuente de algunos de los ríos más grandes de Europa, han estado en retroceso por más de un siglo, pero la pérdida de hielo se ha acelerado este año, por el fuerte aumento de las temperaturas.

SION, Suiza, (Reuters) - Grises por el calor y rajados con profundas grietas, los imponentes glaciares alpinos de Suiza se están reduciendo a un ritmo récord bajo el candente sol de este verano.

Los científicos pueden estar en desacuerdo acerca de las causas de la ola de calor que ha provocado una subida en las temperaturas en Europa y sobre cuánta gente está contribuyendo al calentamiento global, pero los fuertes efectos en los valles alpinos son visibles.

"El ritmo de deshielo es tres o cuatro veces lo normal", dijo Charly Wuilloud, jefe del departamento de peligros naturales del departamento forestal estatal de Valais.

A unos 3.000 metros por encima del valle del Ródano en el sur de Suiza, en la intersección de los glaciares Ferpecles y el Monte Mine, la temperatura es inusualmente cálida, 15 a 20 grados Celsius.

Luciendo lentes de sol deportivos y camisa manga corta, vestimenta más típica de la playa, Wuilloud señaló la precipitación del agua derretida que cae de la pared del glaciar Ferpecles.

La llamada línea de equilibrio, el punto en que cualquier nevado fresco o lluvia se convierte en hielo y no se derrite o se escurre, está a unos 300-400 metros más alto en la montaña este verano que un verano usual, agregó.

En una época, los glaciares Ferpecles, de seis kilómetros de largo, y Monte Mine, de unos cuatro kilómetros de extensión, se unieron para formar una lengua bifurcada de hielo que se expandía hacia el valle.

Las líneas acanaladas en el lado de la montaña, a decenas de metros por encima del fondo del valle, muestran la altura que alcanzó una vez el hielo.

OLA DE FRÍO

Los científicos sostienen que los glaciares de Europa se han estado reduciendo desde la década de 1850, inicialmente como resultado del calentamiento natural de la tierra, después de una ola de frío de 250 años.

Pero el proceso ha acelerado su ritmo en las últimas décadas -particularmente desde 1970- bajo el impacto del calentamiento global, alimentado, según muchos científicos, por las altas emisiones de los gases de invernadero.

Según al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambios Climáticos (IPCC por sus siglas en inglés), la temperatura promedio de la tierra subió 0,5 grados Celsius en el siglo XX, y podría elevarse varias veces esa cifra en los próximos 100 años.

En la década de 1990, incluso antes del abrasador verano de este año, los geólogos del Servicio de Vigilancia de los Glaciares del Mundo, con sede en Zurich, pronosticaron que los glaciares podrían contraerse a sólo 10 por ciento de su tamaño de 1850 para finales del siglo XXI.

Para 1970, ya habían caído a cerca de la mitad y estarán perdiendo un 50 por ciento adicional para el 2005, según el profesores de geografía Wilfried Haeberli de la Universidad de Zurich.

Las estimaciones más recientes son que 25-30 por ciento ya ha desaparecido. "Luce como si nuestra predicción era un poquito optimista. Va más rápido de lo que pensábamos", afirmó a Reuters.

POLVO DEL SAHARA

Por mucho tiempo, los glaciares han sido considerados como uno de los detectores más sensibles de los cambios climáticos, y el impacto se muestra primero en el espesor del hielo en vez de su extensión, que puede tomar años en reaccionar.

Este año una cantidad de factores se han combinado para intensificar el ritmo de deshielo, entre ellos un raro evento climático en noviembre, cuando una nube de polvo viajó hasta el norte procedente del desierto del Sahara.

Luego que la superficie del glaciar se derritió con la llegada de la primavera, el polvo fue expuesto de nuevo, ayudando a que el hielo tuviera una apariencia grisácea que reducía el reflejo y aumentaba la cantidad de sol absorbido, y por lo tanto el deshielo.

Aunque no se han terminado los estudios de este año, Haeberli dijo que los glaciares alpinos podrían haberse reducido en unos dos metros o más, una pérdida excepcional de espesor.

Esto sería 10 veces el promedio anual de deshielo del siglo XX y unas cuatro veces que el de las dos décadas entre 1980 y 2000, cuando el calentamiento global ya estaba haciendo sentir su presencia.

"Esto parece un año récord", afirmó. "No hay duda de que ha sido excepcional".

RIESGO PARA LOS RIOS

Para quienes viven en los valles glaciares, el espesor de los glaciares, cuando se combina con fuertes lluvias, genera el peligro de rápidas inundaciones como la que mató a 13 personas en el valle Gondo de Suiza en el 2000.

El agua derretida puede formar lagos ya sea en la superficie del glaciar o debajo de este, que pueden desbordarse rápidamente con consecuencias devastadoras.

Wuilloud dijo que las autoridades de Valais ya estaban advirtiendo a la gente no acampar cerca de las corrientes alimentadas por los glaciares u otras áreas proclives a inundaciones.

En el largo plazo, la contracción en el tamaño de los glaciares podría tener un impacto drástico en el suministro de agua.

En el verano, un 50 por ciento del agua del Ródano desde su fuente en los Alpes a través del Lago Ginebra al Mediterráneo viene de hielo derretido.

"Los glaciares retienen agua en el invierno y la liberan en el verano", afirmó Haeberli. "Si desaparecen, también desaparece el agua".

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