EFE
NUEVA YORK, EU.- Canadá presentó en la Organización de las Naciones Unidas (ONU, un proyecto de resolución que denuncia las violaciones a los derechos humanos en Irán, como el uso de la tortura, meses después de la crisis entre ambos países, informaron ayer fuentes diplomáticas.
El documento, copatrocinado por nueve países, entre ellos Estados Unidos, Portugal, Holanda, Suecia y Andorra, ha sido presentado ante el comité encargado de derechos humanos en la ONU, que podría votarlo antes de finales de semana.
Si es aprobado por el comité, donde están representados los 191 países miembros de la ONU, su adopción por la Asamblea General no debería ser más que un trámite.
Canadá, que hace unos meses tuvo un conflicto diplomático con Irán relacionado con la muerte de una fotógrafa en prisión, ha explicado su decisión de presentar ahora el documento por el deterioro de la situación de los derechos humanos en los dos últimos años en ese país.
Entre 1984 y 2001, había una resolución de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, que daba mandato a un relator especial para examinar e informar de la situación en el país.
Sin embargo, en la sesión de la Comisión del año pasado, la resolución fue derrotada, de manera que también terminó el mandato del relator.
No obstante, Irán invitó a que organismos de supervisión de los derechos humanos visitaran el país, donde un grupo de trabajo sobre detención arbitraria encontró graves problemas en materia de sentencias y detención.
Actualmente, se encuentra de visita en Irán el relator para la libertad de expresión y el año próximo está previsto un viaje del grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas.
El proyecto canadiense pide a Iraq que tome medidas contra la discriminación religiosa, de las minorías y de las mujeres y niñas.
También expresa su preocupación por las ejecuciones que no respetan las garantías reconocidas a nivel internacional, así como por el uso de la tortura y otros castigos crueles e inhumanos, incluida la amputación y la flagelación.
De igual forma manifiesta preocupación por problemas en la administración de la justicia, violaciones a los derechos de los individuos, la persecución y condena arbitraria a prisión de defensores de los derechos humanos y disidentes, y la falta de libertad de expresión y opinión.
Además, denuncia la respuesta excesiva de las autoridades a las manifestaciones estudiantiles y la supresión de la libertad de prensa.
En opinión de Canadá, una resolución tendrá "un impacto real" ya que enviará una "señal política fuerte" y pondrá de relieve las violaciones "sistemáticas" a los derechos humanos por las autoridades iraníes, lo que generará un mayor debate y obligará al gobierno a mejorar la situación.
La crisis entre Canadá e Irán comenzó cuando la fotógrafa Zahra Kazemi, de nacionalidad canadiense y origen iraní, fue arrestada en Irán el pasado 23 de junio por tomar fotos de la prisión Evian, situada en Teherán.
Después de tres días de interrogatorios, Kazemi fue trasladada a un hospital y tras entrar en coma murió el 11 de julio a consecuencia de una hemorragia cerebral.