Me niego a contaminar el ambiente hablando de la repugnancia que me provocan los estertores del PRI y sus tradicionales golpes de madruguete y agandalle, verbigracia las recientes listas para candidatos a la muy apetecible dieta de casi 150 mil pesos mensuales que perciben los diputados plurinominles.
Esto para que no nos quede la menor duda de que el dedazo, el “Yo te cubro tus porquerías a cambio de que tú me pongas donde hay”, será siempre la cruz de su parroquia, los actos propios de su naturaleza.
Esos señores tendrían que pasar cuarenta años de purificación en el desierto, antes de pretender entrar de nuevo en esa tierra prometida que es Los Pinos.
Pero -ya se sabe- nada es tan malo que no tenga sus bondades, y tropezarse a diario con la viva imagen de la decrepitud y la sordidez que irradian Gordillo y Madrazo resulta saludable para mantener presente la verdadera cara del PRI y que no vaya a sucedernos lo que a los argentinos, tan vivos ellos y no son capaces de encontrar gente joven con las manos limpias para remplazar de una vez por todas a ese viejo decrépito y bribón -por decir lo menos- de Carlos Menem. Pero preferiría no hablar de temas sucios y desagradables impropios del momento.
Está prohibido ser infeliz en el mes de mayo cuando la primavera se ha instalado con toda contundencia en la ciudad. Estrenamos gozosos camellones de geranios a lo largo de la avenida Reforma -que de algún modo recuerdan la ciudad florida de Uruchurtu- y transitamos de vacación a vacación por ese alarde de ingeniería vacacional que son los puentes.
Quejarse, usurpar el lugar de los verdaderos desheredados de la tierra, sería inmoral. Insistir en hablar de infortunio cuando tenemos por delante tanta materia prima por transformar, tanto niño por educar, tantas instituciones que esperan nuestra participación para reencontrar su propósito original; sería una necedad. El mensaje primaveral es de renovación y de fe y yo me siento optimista.
Cada día se forman nuevas organizaciones no gubernamentales para promover los cambios que nuestro país requiere. Como nunca antes, los ciudadanos -genuinos mandantes- tenemos acceso a los medios de comunicación. Tanto los periódicos como las estaciones de radio ofrecen canales para que el ciudadano del diario se exprese.
De momento las elecciones que tenemos por delante nos ofrecen una nueva oportunidad de buscar cuidadosamente entre tanta cizaña, a aquellos hombres y mujeres que puedan probar con hechos y no con promesas, su genuina vocación de servicio y un proyecto de trabajo real y viable. No hay que olvidar que la pereza y la ineptitud de nuestros diputados es responsabilidad imputable a quienes nos abstenemos o votamos al puro tanteo.
Pero insisto, estamos en mayo y cualquier tema político enrarece la perfección de estas mañanas. Prefiero rezar una oración de gracias a la vida y a la esperanza renacidas. Y como no me gusta manipular, he dicho a mis hijos que no se preocupen por mí el próximo día de las madres. Que para sentirme olvidada por los rincones como la muñeca fea, cualquier día del año es bueno. Yo por mi parte abrazo a todas las mujeres, madres o no, porque la verdad es que somos un primor. adelace@avantel.net