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CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II celebró ayer su cumpleaños número 83 llevando a cabo una de sus actividades favoritas: Elevar a la categoría de santos a personas que deben imitar los miembros de la Iglesia Católica.
Ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Pontífice elevó a la categoría de santos a dos compatriotas suyos, polacos, y a dos italianos, todos fundadores de órdenes religiosas.
El Papa parecía de buen humor y habló con voz clara al dirigirse a la multitud en una mañana soleada.
Fue un contraste muy marcado con su anterior cumpleaños, en el cual se encontraba tan débil que sólo pudo leer unas pocas líneas de su discurso antes de pasárselo a un ayudante para que lo terminase.
Eran tiempos en que se decía que el Papa podía retirarse, pero dichos rumores se apagaron en los últimos meses, cuando su frágil salud mostró signos de mejoría.
Analistas del Vaticano creen que es posible que esté tomando nuevos medicamentos contra el mal de Parkinson que ha causado estragos en su cuerpo y ha debilitado su voz. También que se habría beneficiado de un riguroso régimen de terapia física.
Sin embargo, un jerarca de la Iglesia Católica dijo el fin de semana que en la fe está el centro de su nueva fuerza.
“Si queremos buscar el arma secreta que le permite vencer a los años y al Parkinson, tenemos que mirar a las oraciones”, dijo el cardenal Giovanni Battista Re, jefe de la Congregación de Obispos, en una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera.
“Se pone a sí mismo en manos de Dios, y siente a Dios y a la Virgen de su lado en el camino de la vida”, agregó.
Su cumpleaños fue un nuevo triunfo para el Papa, quien recientemente se convirtió en el cuarto pontífice que más tiempo ha estado en ese puesto en la historia.
Miles de polacos viajaron al Vaticano para la ceremonia, incluyendo el presidente, Aleksander Kwasniewski.