Washington, (EFE).- La capa de ozono podría recuperarse enteramente en el año 2050 si los países en vías de desarrollo que siguen emitiendo las sustancias químicas que la destruyen cesan su producción en 2010, dijeron expertos del Banco Mundial (BM).
El principal responsable científico del BM, Robert Watson, dijo ante la prensa que "se puede ser optimista" y que todo dependerá de la plena aplicación del Protocolo de Montreal, que comprometió a 170 países en 1987 a frenar la destrucción de la capa de ozono.
El compromiso fundamental de ese documento internacional, que entró en vigor en 1990, consiste en la erradicación total en todo el mundo de las llamadas "sustancias agotadoras del ozono" (SAO) -principalmente clorofurocarbonos o CFC- antes del año 2010.
El esfuerzo "va por buen camino", manifestó Watson, gracias a que los Gobiernos han accedido a colaborar con los científicos y han tomado medidas concretas para afrontar un problema que tiene graves consecuencias para la salud humana y para el medioambiente.
La capa de ozono, cuyo agujero en la Antártida se detectó a principios de la década de los 80, protege a la tierra de las emisiones solares ultravioleta, que pueden causar cáncer de piel, cataratas y debilitamiento del sistema inmunológico.
Estas emisiones, que generan elevadas cantidades de radiación solar, reducen además la productividad de los cultivos y las pesquerías, afectan a la composición genética de las plantas y son altamente dañinas para los ecosistemas terrestres y marinos.
El daño principal se ha evitado gracias a la pronta y eficaz decisión de eliminar la producción de SAO, lo que ha evitado, según Watson, que se produjeran en los últimos 15 años "un mínimo de 20 millones de casos de cáncer de piel y melanoma en todo el mundo".
Watson apoyó su optimismo en las primeras evidencias científicas, obtenidas por los satélites científicos, de que en la alta estratosfera, a unos 40 kilómetros de la superficie terrestre, "la capa de ozono ha dejado de destruirse y empieza a recuperarse".
No obstante, consideró que esta tendencia positiva "no debe llevarnos a caer en la complacencia", y expresó su deseo de que los Gobiernos aborden de la misma manera el calentamiento global de la atmósfera, problema derivado de las emisiones de los llamados "gases de efecto invernadero" (principalmente el dióxido de carbono).