10 de diciembre de 2003
Madrid, (EFE).- El presidente del Gobierno español, José María Aznar, anunció que los presuntos terroristas que asesinaron a los siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) el pasado 29 de noviembre fueron detenidos hoy en Iraq.
En una comparecencia ante el Parlamento, Aznar comunicó esta "buena noticia" a los diputados y mostró su deseo de que los presuntos autores del atentado "paguen por lo que han hecho".
Los agentes españoles murieron tras ser objeto de un ataque con granadas y fusiles, cuando viajaban en dos vehículos civiles en el sur de Iraq.
Aznar señaló que el ministro de Defensa español, Federico Trillo, comparecerá próximamente en el Parlamento "para dar los detalles oportunos de la operación que ha permitido la captura de estos terroristas".
El jefe del Ejecutivo español reconoció que en Iraq existe "un problema de seguridad" y una "ofensiva terrorista" de la cual han sido víctimas las Naciones Unidas, la Cruz Roja, miles de civiles iraquíes y también las Fuerzas de la Coalición Internacional.
No obstante, insistió en que "nuestra decisión es no ceder a la presión y el chantaje de aquellos que quieren evitar un Irak estable, libre y democrático" y para ello, dijo, están trabajando las tropas desplegadas allí.
Los soldados españoles desplazados en Iraq "están proporcionando seguridad a millones de personas, ayudando a reconstruir escuelas, hospitales, ayudando a personas necesitadas", detalló Aznar.
El anuncio del presidente del Gobierno español se produjo apenas unas horas después de que su ministro de Defensa informara de la detención en Irak el pasado fin de semana de otros "cinco presuntos culpables" del asesinato en Bagdad del agente español José Antonio Bernal, también adscrito al CNI.
Durante una intervención ante la Comisión de Secretos Oficiales del Parlamento, Federico Trillo indicó que los cinco detenidos son interrogados actualmente por la autoridades judiciales iraquíes en relación con el asesinato de Bernal, ocurrido el pasado 9 de octubre.
Bernal, un sargento del Ejército del Aire que actuaba como agregado de la embajada española en Bagdad, fue asesinado en las cercanías de su domicilio en la capital iraquí por varios desconocidos.
Hasta el momento, un total de diez militares españoles han muerto en diversos sucesos en Iraq desde que acabó la guerra.
El capitán de navío Manuel Martín-Oar murió en agosto en un atentado con coche bomba contra la sede de la ONU en Bagdad, ataque en el que perdieron la vida otras 23 personas.
Tras Bernal, la tercera víctima mortal fue el sargento de zapadores Luis Puga Gándar, fallecido el 26 de octubre como consecuencia del disparo fortuito de uno de sus compañeros.
Los siete agentes asesinados en noviembre fueron los miembros del CNI Alberto Martínez González, Carlos Baró Ollero, José Merino Olivera, José Carlos Rodríguez Pérez, José Lucas Egea, Alfonso Vega Calvo y Luis Ignacio Zanón Tarazona.
España mantiene en Iraq a la Brigada multinacional Plus Ultra, integrada además por tropas de El Salvador, Honduras, Nicaragua y la República Dominicana con unos 1.300 efectivos.