Muy estimado Juan Pueblo:
Pero, bueno, ¡eres sucio o te están haciendo? Hace unas cuantas semanas te quejabas de cómo los grafiteros venían usando como pizarrones las paredes de la ciudad, aun las de segundos pisos que se dirían inalcanzables. Ponías el grito en el cielo pidiendo leyes que te permitieran castigar como se merecen, es decir, duramente y de inmediato, a todos los que vienen cometiendo tal crimen, porque lo es de lesa ciudad, aunque, como de costumbre, no pasó nada, porque aquí para que se castigue a un culpable de lo que sea debe ocurrir un milagro, un verdadero milagro.
Pero, lo peor no es eso; lo peor es que así como los ciudadanos se acostumbran a ser y a ver limpias a sus ciudades, también se acostumbran a todo lo contrario y en ésas andamos ahora: Lo que hicieron los grafiteros sigue en todas las paredes, porque si las propiedades son rentadas no hay inquilino dispuesto a pagar el costo de limpiar tales letreros cada vez que se los ponen, porque una pared limpia es una tentación para los que las emborronan y los dueños menos, puesto que no viven en ellas.
Pero, en fin, la cuestión es que a ese mal ahora se añade el que a tu ciudad le han hecho algunos de los candidatos a diputados y etcétera, llenando con grandes impresiones de sus caras -¡cómo si estuvieran tan bonitos!- también paredes, troncos de árboles y cercas de alambre como la del bulevar Revolución, por ejemplo, donde despegadas a medias tales impresiones papalotean por horas inútilmente antes de caerse, sin que los que allí les pusieron se den cuenta de que aquello no va a contribuir a darles ningún triunfo y sólo logran, si logran algo, tu antipatía al comprobar cómo ayudan a ensuciar a Torreón, seguro de que cuando la contienda política acabe ninguno de ellos, ni los que ganen, menos los que pierdan, van a tener la atención de quitar todo ese papelerío, igual que lo hicieron los anteriores de quienes aquí y allá todavía se ven algunos de esos impresos que ellos pusieron.
Ojalá y las actuales autoridades hayan dado el permiso de poner esta publicidad asegurándose de que habrán de quitarnos tanta suciedad inmediatamente después de que las elecciones terminen.
Vas a tener que hacer algo, mi querido Juan Pueblo, para que cosas como éstas no sucedan más.