JUANA LA LOCA
Reina de España. Catedral de Granada.
No sé si S. M. recordará que el 29 de Julio de 1520, es decir, hace 483 años, cuando la revuelta de los comuneros, uno de ellos logra penetrar hasta Tordesillas, se inclina profundamente ante su Reina, que era S. M. y le dice: “Señora, mi nombre es Juan de Padilla y soy hijo de Pedro López de Padilla, quien fuera capitán general en Castilla, al servicio de la Reina Isabel y vengo de igual manera para servir a Vuestra Alteza junto a los habitantes de Toledo y decirle que desde la muerte del Rey Católico, su padre, sus reinos sufrieron muchos males y disensiones debidos a la ausencia de un gobernador, es verdad que el poderoso e ilustre don Carlos gobernó España, pero desde su partida precipitada, estos reinos se encuentran agitados y soliviantados de tal manera que toda España está a punto de abrasarse y consumirse.
Esta es la razón por la cual vengo ahora, con la gente de Toledo, a ponerme a las órdenes de Vuestra Alteza y decirle que estoy pronto para morir a su servicio”.
Dio la casualidad que S. M. estaba aquel día muy lúcida y nombró a Padilla comandante en jefe del ejército y le da el encargo de mantener el orden.
Pero, S. M. vuelve a las mismas, a la locura, quiero decir y su hijo Carlos domina la revuelta y Padilla es ejecutado. Antes alcanza a escribir a su mujer: “Os lego mi alma, que es lo único que me queda”. V. M. vivirá todavía veinticinco años más, encerrada alumbrándose con una vela. En 1555 le alcanza la muerte. Desde entonces descansa al lado de Felipe “El Hermoso” en la Catedral de Granada.
Los volveré a ver en breve y por ello me permití perturbar su sueño.