MARCO POLO.
Venecia, Italia.
Mi admirado Marco:
No te anduviste corto ni modesto, ¿por qué lo ibas a hacer? cuando escribiste: “ . . . y en verdad yo creo que nunca hubo hombre, cristiano, judío o pagano, que haya visto tanto de las partes de Levante como yo, Marco Polo he visto . . .”.
Tu padre y tu tío viajaron, pero, jamás vieron lo que tú viste, porque ellos no iban a eso sino a comprar y vender piedras preciosas. Tuvieron la suerte de que en aquel siglo XIII el Asia Central estuviese abierta a los viajeros como nunca lo había estado y que el gran Kan tuviera una gran sed de saber lo que pasaba más allá de la Gran Muralla, les preguntara sobre el cristianismo y les pidiera que fueran sus embajadores ante el Papa, cuando ya los dejó ir.
Cuando hicieron un segundo viaje fue que te llevaron. Tenías entonces 15 años. Aprendiste el idioma mogol y entraste al servicio de Kublai, que te encomendó misiones en varios lugres de sus dominios, en los que tú tomabas notas para su información e incluso fuiste su gobernador en algunos de ellos. Durante los siguientes veinte años los tuyos no te volvieron a ver la cara. Y cuando te la vieron no te reconocieron. Luego tuviste el mando de una galera en una guerra contra los genoveses en la que tuviste la mala suerte de que te tomaran prisionero en el Adriático.
Afortunadamente te dejaron que pidieras y recibieras las notas que habías dejado en Venecia y así pudiste compilar la historia de cuanto habías visto y oído, lo que no fue fácil pues tantos años en Asia te habían hecho perder el dominio de tu lengua nativa. Todo aquello no se perdió gracias a que un compañero de prisión medio escritor lo hizo por ti anónimamente. Tu libro alteró para siempre la idea que los hombres tenían de la geografía mundial, dando información cierta sobre el clima y geografía de Rusia, Siberia, Persia y la India, los desiertos del Asia Central, las aguas desconocidas del Pacífico y los monzones del Océano Índico, etcétera.
Pero, lo mejor que hiciste fue que abriste en todos los hombres una curiosidad por conocer el mundo en que viven que no se satisface todavía, generación tras generación la vamos heredando y más desde que Thomas Cook, a partir de 1845 comenzó a organizar excursiones por todo el mundo. Y día llegará en que los gobiernos podrán garantizar a cada hombre que nazca el viajar, sin lujos, durante un año por donde le plazca. Los que puedan viajar sin este subsidio, lo seguirán haciendo como hasta ahora. No hay ninguna otra razón para que el Señor hiciera el mundo tan grande y variado como lo es. Tiempo al tiempo.
Ha de ser muy duro para ti, con lo inquieto que fuiste, estar en un solo sitio, como estás, pero, todo tiene un precio en esta vida y lo que tú obtuviste de ella lo seguirás pagando eternamente.
Un día nos veremos.