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MÉXICO, DF.- La impunidad por la elevada tasa de delitos no castigados anula la justicia y es causa de odio, frustración, violencia, venganza y falta de credibilidad y desconfianza en las instituciones públicas, advirtió el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández.
Y esto, a su vez, aseguró, propicia que se dé un aumento indiscriminado de las penalidades, sin que este hecho ayude a descender la criminalidad.
Al rendir su informe de labores ante el pleno del Poder Judicial de la Federación, Soberanes Fernández consideró que es necesario reconocer la complejidad de este mal y sus efectos nocivos, “para evitar enfoques criminológicos unilaterales como son -entre otros- el aumento indiscriminado de las penalidades, que alcanzan cifras impresionantes sin ser ese un factor disuasivo que probadamente haga descender la criminalidad”.
Ante los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) también denunció que los esfuerzos de la CNDH han resultado prácticamente infructosos en el rubro de la protección a migrantes y la defensa jurídica oportuna de connacionales sentenciados a la pena de muerte, denunció Soberanes Fernández.
Al cumplir con el requisito que le impone la Constitución de rendir su informe de labores ante los tres poderes de la Federación, el ombudsman nacional detalló que los “tres campos de derechos humanos ante los cuales casi cualquier esfuerzo parece infructuoso y que por lo mismo reclaman mayor dedicación, eficacia y compromiso público”.
Dichos campos en los que ha resultado infructuoso su esfuerzo son: “La protección a migrantes, la defensa jurídica oportuna de connacionales sentenciados a la pena de muerte, y el impulso a la tolerancia como fórmula de respeto y de convivencia social, pues hemos constatado la debilidad de su acatamiento en la práctica”.