18 septiembre 2003
MANTEO, EEUU, (Reuters).- El huracán Isabel desató el jueves su furia en un área de la costa atlántica estadounidense, con fuertes vientos y torrenciales aguaceros que interrumpieron la energía, arrastraron techos de viviendas, paralizaron más de 200 vuelos y obligaron al gobierno federal a cerrar sus oficinas en Washington.
Casi un cuarto de millón de personas recibió órdenes de abandonar sus viviendas y 1,2 millones quedaron sin electricidad después de que los vientos de Isabel derribaron árboles y postes del tendido eléctrico a lo largo de las costas de los estados de Carolina del Norte y Virginia.
Isabel desató vientos sostenidos de 160 kilómetros por hora y golpeó los islotes Outer Banks, en Carolina del Norte, con ráfagas de 168 kilómetros por hora. El vórtice del huracán penetró a tierra firme al mediodía cerca de la isla Ocracoke.
Cuatro niños recibieron tratamiento médico tras resultar lesionados por vidrios que se desprendieron de un refugio de emergencia en el condado Perquimans, Carolina del Norte, donde los fuertes vientos destruyeron la torre de comunicaciones del condado, dijo un empleado del servicio de emergencia.
Aún era muy pronto para dar una evaluación precisa de los daños en las áreas golpeadas por el huracán, pero en un sector de Carolina del Norte se informó de cuatro o cinco casas destruidas por el huracán.
Isabel se debilitaba mientras se internaba en tierra firme, pero Washington aún continuaba preparándose para el embate. Fuertes lluvias comenzaron a caer la tarde del jueves sobre la capital estadounidense y se esperaban intensas ráfagas de viento, que podrían causar interrupciones en el servicio de electricidad.
"Todavía es una situación grave. Isabel todavía es una tormenta monstruosa", dijo el alcalde, Anthony Williams.
Las aerolíneas cancelaron más de 2.000 vuelos en 19 aeropuertos y movilizaron las aeronaves fuera de la ruta de Isabel, dejando los cielos prácticamente desiertos de tráfico comercial en la costa este, y trastornando los planes de vuelos en todo el país.
Los tres aeropuertos del área de Washington suspendieron los vuelos y proyectan reanudarlos el viernes. Isabel penetró a tierra como un huracán de categoría 2 en la escala Saffir-Simpson --que va del 1 al 5-- utilizada para medir el poder destructivo de los huracanes.
Las tormentas de categoría 2 pueden dañar severamente casas móviles y techos, derribar líneas eléctricas y torres para la comunicación de telefonía celular, así como bloquear caminos con árboles caídos y postes del tendido eléctrico.
En el condado Tyrell, en Carolina del Norte, el administrador del condado, J.D. Brickhouse, dijo que cuatro o cinco casas fueron destruidas. "En muchas partes tenemos árboles sobre las casas. Tenemos techos que han volado con el viento", dijo.
"Tenemos a un hombre atrapado en una casa del condado que fue destruida y no podemos llegar hasta él. Tenemos a otra persona atrapada en una casa móvil en el condado y tampoco hemos podido atenderlo", dijo Brickhouse.
Los meteorólogos dijeron que Isabel se debilitó a Categoría 1 al desplazarse hacia Virginia y que se debilitaría aún más en su ruta a Washington, pero todavía sería lo bastante fuerte para estremecer los edificios altos y podría generar tornados.
Funcionarios de empresas de servicios públicos dijeron que el número de usuarios afectado podría incrementar en la noche cuando Isabel se desplace al norte, hacia los estados de Maryland y Pennsylvania.
La principal amenaza son las inundaciones, ya que podrían caer hasta 250 milímetros de lluvia en una región saturada tras meses de precipitaciones por encima del nivel normal.
El estado de emergencia fue declarado en los estados de Carolina del Norte, Virginia, Maryland, West Virginia, Delaware y Pennsylvania, así como en la capital estadounidense.
En toda la región se abrieron refugios, las escuelas fueron cerradas y los residentes se prepararon para inundaciones e interrupción de los servicios públicos.
Más de 240.000 personas recibieron órdenes de evacuar las áreas bajas de Carolina del Norte y Virginia, ya que se arriesgaban a quedar atrapados por las inundaciones provocadas por marejadas de hasta 3,3 metros.
En Washington, el gobierno federal cerró sus oficinas, excepto las de personal de emergencia. El servicio del metro y de autobuses cerró en la mañana y la compañía ferroviaria Amtrak paralizó prácticamente todos sus servicios al sur de la capital estadounidense.
El presidente George W. Bush salió de Washington en helicóptero el miércoles por la noche hacia el retiro de Camp David, donde pasará la tormenta.
A las 17.00 horas locales , el centro de la tormenta se ubicaba en la latitud 36,2 grados norte y la longitud 77,1 grados oeste, a unos 64 kilómetros al este-sureste de Roanoke Rapids, Carolina del Norte. Isabel avanzas hacia el noroeste a una velocidad de 39 kilómetros por hora.