El control de la ciudad sagrada de Nayaf fue cedida a manos españolas por la Marina de Estados Unidos.
23 septiembre 2003
NAYAF, Iraq, (Reuters).- Soldados de la Marina de Estados Unidos entregaron el martes a una fuerza liderada por España el control de la ciudad sagrada iraquí de Nayaf, escenario del atentado con bomba más mortífero de la posguerra en el que murieron más de 80 personas, entre ellas un alto clérigo chiíta.
En una ceremonia celebrada bajo un brillante sol en las afueras de Nayaf, el general de brigada de la Marina estadounidense John Kelly cedió la autoridad al general de brigada del ejército español Alfredo Cardona.
"Hemos derramado sangre para entregarles esta provincia", dijo Kelly con tono sombrío en su discurso a la fuerza dirigida por España, recordando el papel crucial de los marines en la guerra que derrocó al líder iraquí, Saddam Hussein.
El traspaso debería haber tenido lugar hace semanas, pero fue pospuesto por las crecientes tensiones en la ciudad después del atentado con coche bomba y porque los soldados latinoamericanos que desarrollan su misión con los españoles no habían recibido el equipamiento prometido por el ejército estadounidense.
El ataque del 29 de agosto perpetrado a las puertas de la mezquita del Imán Ali, uno de los lugares más reverenciados por los chiítas, fue un poderoso símbolo de la inestabilidad del Irak de posguerra. El atentado no ha sido reivindicado.
Sin embargo, la zona de Nayaf ha sido una de las más pacíficas del país desde la caída de Hussein, un musulmán sunita que reprimía a los chiítas predominantes en la región.
"Vieron nuestra llegada como su liberación", declaró el teniente coronel Chris Woodbridge, comandante del batallón de marines responsable de Nayaf desde abril. "Naturalmente nosotros hemos hecho todo lo posible para que la gente mantuviera esa actitud".
La fuerza de 1.000 efectivos de soldados españoles, hondureños y salvadoreños, forma parte de una división encabezada por Polonia que asumió la responsabilidad de manos de los marines del resto del sector del centro-sur de Irak a principios de mes.
Washington quiere que otros países envíen soldados para aliviar la carga que recae sobre sus fuerzas. Se prevé que el presidente George W. Bush, pida un nuevo apoyo para la ocupación de Iraq en su discurso del martes ante la Asamblea General de la ONU.
Sin embargo, muchos gobiernos no quieren que parezca que se legitima la guerra contra Iraq e insisten en que Estados Unidos ceda más control político del país antes de comprometer tropas.
Los nuevos efectivos dirigidos por España, cuyo gobierno respaldó la guerra contra Irak, tendrán que andar con cuidado en Nayaf, al igual que hicieron los estadounidenses, para tratar de proporcionar seguridad y a la vez evitando ofender sensibilidades religiosas.
Los marines han ayudado a entrenar a una fuerza de policía local especial para proteger el santuario que estaba siendo establecido pero que aún no funcionaba cuando se produjo el atentado mató al ayatolá Mohamed Baqer al Hakim y a decenas de sus seguidores justo después de las oraciones del viernes.
Los comandantes militares esperan que la nueva fuerza ayude a evitar una repetición del atentado, pero admiten que no pueden dar garantías al respecto.
"Prevenir cualquier tipo de ataque al 100 por ciento no es posible para nadie", dijo Cardona. "Haremos todo lo que podamos para evitarlo".