01 octubre 2003
Ciudad del Vaticano, (Notimex).- El papa Juan Pablo II encabezó en mejores condiciones de salud la audiencia general de hoy, aunque evitó leer todo su discurso y confirmó que "si Dios quiere", el próximo 7 de octubre visitará el santuario mariano de Pompeya.
Antes de arribar al sagrario de la basílica de San Pedro, donde encabezó la audiencia, el pontífice se detuvo a saludar a la multitud y besó a un recién nacido que un agente de su escolta le acercó mientras su jeep giraba por la plaza.
"Si Dios quiere el 7 de octubre, día dedicado a la Beata Vírgen María del Rosario, iré en peregrinaje al Santuario de Pompeya para agradecer a Dios su gran obra de santificación de los corazones que ininterrumpidamente cumple gracias a esta maravillosa oración", dijo.
Debido a la fatiga, el papa debió pasar por alto amplios pasajes de su discurso e interrumpió de manera momentánea sus palabras, mientras la multitud lo aplaudía.
En el centro de la reflexión propuesta durante la audiencia pública estuvo el cántico de Zacarías en la lectura que hizo el "venerable" Beda, teólogo británico del séptimo siglo.
"Cristo nos encontró mientras yacíamos en las tinieblas y en la sombra de la muerte, es decir, oprimidos por la larga ceguera del pecado y de la ignorancia", dijo Juan Pablo II.
"Nos portó la verdadera luz de su conocimiento y removió las tinieblas del error, nos mostró el camino seguro para la patria celeste", agregó.
No obstante a la alarma por su salud, alimentada la víspera por declaraciones del cardenal Joseph Ratzinger, en el sentido de que el jefe de la Iglesia católica está "muy mal", este miércoles Juan Pablo II habló con voz más clara.
Para los observadores ello podría deberse a los fármacos contra el mal de Parkinson, como la levadopa, que consume para controlar el temblor.
"Nos movemos, teniendo como punto de referencia la luz, nuestros pasos inciertos que durante el día a menudo se desvían en calles oscuras y resbaladizas, son apoyados por la claridad de la verdad que Cristo difunde en el mundo y en la historia", dijo el papa.
A unas 12 mil personas presentes en la plaza, exhortó a que pidieran "continuamente" la ayuda de Dios "para que conserve en nosotros la luz del conocimiento y nos conduzca hasta el día de la perfección".
El miércoles de la semana pasada Juan Pablo II no encabezó la audiencia general debido a un "leve" malestar intestinal, según dijo El Vaticano.