El sábado en la tarde, como en años anteriores, la familia Sesma llevó unas horas de alegría a la Casa del Anciano, donde se pidió la tradicional posada y después hubo unas horas de convivencia.
Se obsequiaron a las personas ahí internadas dulces, pasteles y una merienda, así como expresándoles los mejores deseos por su salud y su bienestar.