GÓMEZ PALACIO, DGO.- Francisco Marín nunca se imaginó que terminaría en la cárcel. Desde hace diez años conocía a don Pablo Unzueta y asistía a su casa. La noche del sábado 23 de agosto ambos estuvieron tomando, una tercera persona tocó a la puerta, nadie salió. La visita causó malestar en Francisco, inició la discusión, después los golpes, finalmente, el celoso sujeto asesinó a su amante.
El cuerpo sin vida de Pablo Unzueta Reyes de 61 años, fue descubierto a las 16:00 horas del lunes 25 de agosto por la hermana y el sobrino del occiso. El homicidio ocurrió en la casa ubicada en la avenida Bravo 641 sur, de la zona centro. Se dio parte a la policía y el agente del Ministerio Público, Julio Alejandro Silva Jiménez, tomó conocimiento de los hechos.
Al llegar a la escena del crimen todo era caos. En una pequeña sala de dos por tres metros se observaba el escenario de una lucha entre dos personas con huellas de violencia, objetos contusos estaban regados por todas partes.
El mismo desorden se detectó en otra habitación y el patio de la casa, las escenas querían simular un robo. En una cubeta se encontraron seis cervezas llenas y esparcidos varios envases vacíos.
Tirado boca abajo en la sala, atado de manos y pies por la espalda, se encontró el cuerpo desnudo de Unzueta Reyes, maestro jubilado, que a decir de los vecinos del lugar no tenía problemas con nadie.
El certificado del médico legista indicaba que la causa de la muerte fue traumatismo craneoencefálico, con fractura de bóveda craneana y hemorragia cerebral.
En su confesión, Francisco Marín Pérez de 35 años, vecino del ejido Las Huertas, dijo que la riña empezó porque tocaron a la puerta de don Pablo después de la medianoche. El homicida preguntó a su pareja si esperaba a alguien más, molestó dijo que si no era suficiente con su presencia.
La puerta no se abrió, la tercera persona se retiró y hasta el momento no ha sido identificada. Los amantes discutieron, Francisco tomó una botella de caguama y golpeó en la cabeza a don Pablo dejándolo fuera de combate.
El presunto homicida también conocido como “El Pancho” o “El Consuelo”, dijo que después amarró a su pareja de manos y pies, ya estaban desnudos cuando peleaban, luego, embriagado por los celos, agarró un cenicero grande y lo estrelló en la cabeza de don Pablo hasta matarlo.
Efectiva labor policíaca
El crimen de Pablo Unzueta fue resuelto en menos de 12 horas. La coordinación del Grupo de Homicidios de la Policía Ministerial, el agente del Ministerio Público y los elementos de Servicios Periciales, permitieron la ubicación del presunto asesino y la fabricación de la prueba indiciaria.
Joaquín Saucedo Flores, subprocurador de Justicia de la Comarca Lagunera de Durango, informó que la aplicación de la sapiencia de los efectivos ministeriales y la investigación científica de los peritos fueron determinantes para esclarecer el homicidio y capturar al principal sospechoso.
El comandante de la Policía Ministerial, Gilberto Estrada Quiñones, señaló que los resultados de las huellas en diferentes objetos utilizados durante la riña permitió confirmar la presunta culpabilidad de Marín Pérez.
La investigación se afianzó con la declaración de las personas que vieron a “El Pancho” la noche del sábado, primero cuando llegó a la casa de don Pablo, después cuando fue a comprar cerveza en la noche y al retirarse cerca de las 2:00 horas del domingo 24 del presente.
Las testimoniales de una vecina y los familiares desprendieron la identidad de uno de los más asiduos visitantes del ahora occiso. Francisco encabezaba la lista, la policía logró su captura en su centro de trabajo, una maderería ubicada en Periférico y Lerdo de Tejada.
Ahora corresponde al agente del Ministerio Público, Alejandro Silva, determinar la agravante del delito de homicidio por el que será consignado Francisco Marín. Hoy se resuelve el estudio y se consigna el caso ante el Juez Penal en turno.