El presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmó hoy que de verse obligado declarará el estado de excepción en el país, afectado desde hace 33 días por un paro general opositor que afecta gravemente a la vital industria petrolera nacional.
Chávez declaró que "estaría obligado" a decretar el estado de excepción en caso de que se atentara contra "el pueblo, la soberanía y la Constitución", aunque aclaró que "de momento" no están dadas las condiciones para ello.
La Constitución otorga poderes al Presidente para decretar, en Consejo de Ministros, el estado de excepción y restringidas temporalmente las garantías consagradas en la Carta Magna.
La medida debe ser ratificada por el congreso y el Tribunal Supremo de Justicia.
- Al menos 23 heridos en enfrentamientos
Al menos 23 personas resultaron heridas por objetos contundentes y otras tres recibieron disparos de armas de fuego durante un enfrentamiento que se dio este viernes entre simpatizantes oficialistas y manifestantes opositores en las cercanías de la mayor instalación militar de Caracas.
El incidente de suscitó durante una marcha convocada por la oposición en las cercanías del fuerte Tiuna para protestar la detención de un alto oficial rebelde por parte de miembros de la policía del gobierno.
La marcha opositora fue atacada inicialmente por grupos adeptos al gobierno que lanzaron piedras y objetos contundentes contra los manifestantes.
Cuando miles de manifestantes opositores intentaban avanzar hacia el paseo peatonal de Los Próceres fueron embestidos por centenares de policías militares quienes lanzaron balas de goma y gases lacrimógenos para evitar que llegaran al fuerte Tiuna, donde está la sede del Ministerio de la Defensa y la Comandancia del Ejército.
El jefe de la Policía Metropolitana, comisario Henry Vivas, dijo que 23 personas, entre ellas siete policías, sufrieron lesiones considerables al ser alcanzados por balas de goma y objetos contundentes durante la protesta.
El comandante de los Bomberos de Caracas, coronel Rodolfo Briceño, declaró que un paramédico, un empleado de la Alcaldía de Chacao y un manifestante resultaron heridos de bala.
Briceño precisó que los bomberos debieron atender a cerca de 70 personas que presentaron dificultades respiratorias debido a los gases lacrimógenos.
La expansión de los gases lacrimógenos obligó a miles de opositores a interrumpir su marcha y a correr hacia otras calles para protegerse.
Algunos enfurecidos opositores intentaron avanzar nuevamente hacia las cercanías del fuerte militar gritando consignas contra los militares tales como "asesinos", "salvajes", "las calles son del pueblo, de aquí no nos iremos".
De nuevo la policía militar debió lanzar gases lacrimógenos y balas de goma para tratar de desviar a los manifestantes.
El vicepresidente José Vicente Rangel negó que se haya dado un enfrentamiento entre los policías militares y manifestantes opositores, y señaló que "lo que hubo fue una violación por parte de los sectores de oposición de un acuerdo de que llegarán únicamente a la sede de la Procuraduría porque no podían pasar debido a que es una zona militar".
Reconoció que cerca del sector se encontraban partidarios de Chávez, pero "estaban muy distante y nunca entraron en contacto con estas personas".
"Estos hechos lamentables son demostrativos que la intolerancia está llegando a niveles peligrosos. El ataque a una marcha pacífica indica que la situación amerita una solución y una salida (negociada) antes que se produzcan hechos más lamentables", dijo a la AP Manuel Cova, negociador de la oposición en la mesa de negociación.
El ministro de Defensa, José Luis Prieto, ha advertido a la oposición que no permitirá que ninguna marcha opositora llegue al fuerte militar Tiuna, invocando un decreto que dictó el gobierno el año pasado que declaró el área como "zona de seguridad".
La Guardia Nacional, por su parte, comenzó a dispersar con bombas lacrimógenas a un grupo afecto al gobierno, quienes no cesaban de lanzar botellas, fuegos artificiales y piedras en contra de la multitud opositora.
La detención a comienzos de semana del más antiguo oficial de la Guardia Nacional, el general Carlos Alfonzo Martínez, declarado en rebeldía desde octubre, desató una fuerte polémica en medio de la severa crisis que vive el país a consecuencia del paro nacional de la oposición que cumplió este viernes 33 días.
La postura adoptada por las autoridades del fuerte Tiuna de desobedecer la sentencia de un tribunal que ordena liberar al oficial rebelde, detenido en su residencia al interior de esa instalación militar, avivó el creciente clima de confrontación, y animó a la oposición a realizar la marcha denominada "La Gran Batalla".
La oposición decidió esta semana radicalizar las protestas callejeras e iniciar acciones de "desobediencia tributaria" (no pagar impuestos) para presionar al presidente Hugo Chávez a que renuncie y llame a elecciones inmediatas.
Desde varios puntos de Caracas partieron varios miles de manifestantes opositores hasta las cercanías del fuerte Tiuna.
Ante de estallar los incidentes, en medio de un río multicolor de banderas venezolanas, los opositores recorrieron las principales avenidas del este y oeste de la ciudad, voceando consignas contra el gobierno y sonando pitos y cacerolas.
Rodeados por una gran pancarta que decía "La revolución bolivariana no se negocia" varios centenares de manifestantes oficialistas se concentraron al comienzo del paseo peatonal para manifestar su apoyo a Chávez.