Reuters
PUERTO ORDAZ, Venezuela.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez y su homólogo colombiano, Alvaro Uribe, se reunieron ayer para tratar de poner fin a una guerra verbal sobre la seguridad fronteriza y para rescatar los golpeados lazos comerciales entre sus países.
Los mandatarios, vecinos incómodos con ideologías divergentes, realizan una cumbre de un día en el sureste de Venezuela, en medio de una ola de recriminaciones entre Caracas y Bogotá sobre recientes hechos violentos a lo largo de su frontera común de 2,219 kilómetros, acechada por guerrillas y paramilitares colombianos.
Pero entre el excéntrico militar retirado venezolano y el conservador jurista colombiano lo que hubo fueron sonrisas cuando llegó el momento de darse la mano en la industrial ciudad de Puerto Ordaz e iniciar la solemne ceremonia de recibimiento bajo el ardiente sol del oriente venezolano.
Chávez dijo a los reporteros que “yo amo a Colombia”, mientras Uribe entregó a su anfitrión venezolano un tradicional poncho colombiano y un carriel, tras intercambiar varios abrazos, visiblemente más efusivos de parte del mandatario venezolano.
En las últimas semanas, sin embargo, las relaciones han sido mucho menos cordiales. “Queremos las mejores relaciones (con Colombia), pero no queremos que se mienta, se difame sobre Venezuela” dijo en un acto en Caracas el vicepresidente venezolano José Vicente Rangel, mientras comenzaba la reunión en Puerto Ordaz.
Comercio
y deuda en la agenda
Al describir la agenda del encuentro, Chávez dijo que se concentraría tanto en la frontera, como en el impulso al comercio bilateral y la cooperación económica entre ambos países.
“La gran amenaza es la pobreza”, dijo el mandatario venezolano, quien agregó que en lugar de pelear por asuntos fronterizos, ambos gobiernos deberían concentrarse en mejorar los estándares de vida de sus pueblos.
Estaba previsto que los presidentes revisaran varios proyectos de cooperación energética, como el suministro eléctrico a regiones de Colombia y un gasoducto entre ambos países que llevaría gas colombiano a refinerías y plantas eléctricas venezolanas.
Los exportadores colombianos, para quienes Venezuela es el segundo mayor mercado, también han exigido con urgencia que se discuta el comercio bilateral, que dicen se ha derrumbado este año en 70 por ciento a causa de la agitación política y económica que afecta al país petrolero.