Productos provenientes de Asia inundan el mercado en Torreón. Ante la competencia, empresas mexicanas se desmoronan
TORREÓN, COAH.- Made in: ¿avenida Hidalgo o China? Aunque la mayoría de los productos ni etiquetas tienen, los puestos ambulantes y hasta establecidos lo mismo venden santos mexicanos o calzado, ropa que todo tipo de artículos hechos en Asia.
Se pueden encontrar en todos lados: centros comerciales, puestos ambulantes, tianguis, negocios. Y es que los productos chinos parecen ser la novedad y la mejor opción económica en tiempos de crisis para los laguneros.
Arturo Gallegos Salcido, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Copar-mex), señala: “nos podemos poner y desgarrar las vestiduras para que cierren las fronteras a la realidad, porque es lo mismo que decir: cierren las fronteras a los productos chinos”.
Estamos viviendo, dice, un estado de bienestar artificial que no está regido por la realidad porque se ve al mercado chino como malo, como una amenaza, como algo que se debe evitar.
“Quisiéramos cambiar la verdad y la realidad, acomodarla a nuestro antojo, ideología y manera de ser y eso es falso, China existe y está, tenemos que acabar la conspiración del silencio, de cerrar los ojos”.
China no va a desaparecer y los empresarios no están tomando medidas de urgencia para adaptarse a esa realidad porque las fronteras nunca han sido impermeables ni pueden serlo, según considera el empresario.
“Entendamos que son reglas simples, si nosotros tratamos de evitar que entren los productos chinos y no hacemos cambios estructurales de fondo para mejorar la competitividad en este país, más temprano que tarde, nos van a vencer y ganar”.
Y añade: “ahora llegué a Coparmex y una de mis secretarias me preguntó ¿Doctor por qué compré estos lentes en 25 pesos?, la respuesta es simple: porque allá no hay Ley Federal del Trabajo, no hay prestaciones ni Seguro Social a cuenta del patrón, allá no hay impuestos tan altos y una serie de situaciones en el entorno que favorecen la generación de la riqueza”.
En México nadie es capaz de fabricar un producto con 22 pesos porque hay muchos costos: en energía, en los servicios, gastos que los empresarios deben pagar.
Sí, en este país, asegura, existe un entorno desfavorable a la empresa, el que paga productos caros es el cliente y eso afecta porque las personas necesariamente van a buscar mejorar su economía.
“Si a la economía maltratada de los mexicanos le presentas un producto chino, lo van a comprar, la mala calidad es un prejuicio, ahora no puedes hablar de 22 pesos y calidad, hay producto asiático muy bueno y muy caro”.
Los chinos están aprendiendo y lo están haciendo rápido mientras que en México no hay cambios. “Qué va a pasar en el futuro, tu crees que los mexicanos ya no van a ir a trabajar a los Estados Unidos, que los productos chinos ya no van a entrar, vamos buscando la verdad que es como el oro, quítale lo que no es o cambiamos este país y lo hacemos eficiente o desaparecemos”.
Gallegos Salcido advierte: “no nos podemos seguir quejando, la culpa es nuestra, ahora le vamos a echar la culpa a los chinos porque antes le echábamos la culpa a los gringos, luego a las transnacionales, ya cambiamos de ‘fantoche’ y ahora se llama China”.
Este país no es responsable de sus actos porque todo mundo es culpable de lo que pasa menos en México, por eso es necesario cambiar de actitud y eso significa deshacer los errores históricos que elevan el costo-país.
“Estamos viendo cómo se desmoronan las empresas mexicanas porque no son competitivas, tenemos años diciéndole al Gobierno que nos cambie el régimen, el entorno económico, porque no somos competitivos a nivel mundial”.
La Ley Federal del Trabajo, el costo del estado de bienestar, las cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), impuestos y más impuestos, todo eso según el empresario Gallegos Salcido, desincentiva la actividad económica y por eso los extranjeros no quieren invertir en México.
Y los que ya están aquí, dice, no pueden crecer. “De qué se trata, ¿de acabar con las empresas mexicanas?, pues felicidades al Gobierno Federal, porque lo está logrando, quieren seguir acabando con las fuentes de trabajo hechas para los mexicanos, felicidades señores del Gobierno, su función es exitosa, están logrando su fin”.
Llegará el momento, señala, en que tanto empresarios como empresas van a morir. “Tenemos una Secretaría de Hacienda totalmente equivocada en sus conceptos, quiere subirnos el Impuesto Sobre la Renta (ISR), generar riqueza no es pecado, el consumo es lo que tienen que gravar, no la producción”.
Los empresarios mexicanos no cuentan con liquidez porque no tienen facilidades. “En este país el mensaje histórico es que es malo generar riqueza, ¿quién va a decir en este país que entre más ricos haya más riqueza producimos?, un país es más rico cuanto más ricos tenga, pero aquí ni siquiera se cuida a los pobres”.
Existe una situación absurda, señala, donde no se pueden cerrar los ojos a la verdad, se requiere cambiar de ideología de propuestas para permitir que el hombre sea libre para generar riqueza.
En México, dice, se limita la creatividad del empresario mexicano con tantas leyes absurdas y perversas; sin embargo nadie dice nada.
Se hace lo equivocado: “que no vengan los productos chinos y que desaparezcan”.
Los empresarios tienen que ser cada vez más eficientes y ágiles, flexibles, pero no están creciendo porque la generación de riqueza desde hace 20 años está estancada y las cifras no mienten.
“El empresariado mexicano está muriendo de inanición, yo les digo en Coparmex que todo debe ser con fines de lucro, entiendan la palabra lucro y no le tengan miedo, fin de lucro significa hacer más con menos, cuando haces más con menos creces”.
La nueva cultura laboral está equivocada al decir que hay que generar empleos y eso es un suicidio. “Los empresarios deben generar riqueza y los empleos son la consecuencia”.
Embate chino
Luis Cuerda Martínez, presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Torreón (Canacoto), señala que existe una creciente introducción de productos asiáticos -particularmente de China- al comercio de la ciudad.
El problema es que son importados de manera ilegal y generan una competencia desleal para el comercio organizado. Los productos entran por las fronteras de Estados Unidos, Canadá y Costa Rica, donde se reetiquetan como si fueran de esos países de origen y no de China y eso obviamente provoca una desventaja contra los comerciantes establecidos.
“Hay comerciantes que quieren trabajar ese tipo de productos de manera legal y los importan de China pagando los aranceles correspondientes que van desde el 30 por ciento hasta el 500 por ciento dependiendo de la categoría de los artículos”.
Es necesario cuidar, dice, al mercado nacional ante una baja de precios irracional y protegerlo del embate chino generando aranceles y dispositivos que pongan en igualdad de condiciones a los comerciantes.
“Necesitamos que los productos fabricados nacionales estén en iguales condiciones para competir ante un producto chino que tiene muchas ventajas. Vemos con preocupación la invasión dentro del mercado nacional y regional”.
La Canacoto está en pláticas con la Secretaría de Economía para solicitarle una mayor vigilancia. En los próximos días se firmará un acuerdo con Aduanas para que pongan más atención en la importación de este tipo de productos y obligar a pagar los aranceles correspondientes para crear un ambiente competitivo.
El Gobierno Federal no ha dado un apoyo total porque no existe un control verdadero sobre ese tipo de productos dado que entran de manera ilegal y eso genera la caída de los productos nacionales.
“No hay el apoyo total que necesitamos, es urgente que las autoridades se comprometan realmente, el mercado interno se viene debilitando y con los productos chinos aún más, traerá como consecuencia pérdida de fuentes de empleo en el sector comercio muy importante”.
El Gobierno Federal debe regular las prácticas comerciales entre países para crear igualdad de condiciones: “porque si bien en México tenemos una mano de obra que hasta hace algunos días era considera barata, ahora Centroamérica y China son mejores opciones para invertir”.
Hay que cuidar el país y a la producción nacional, según considera Cuerda Martínez, pues sólo así se podrá sacar adelante la economía ante cualquier embate de productos extranjeros o de economías y ese aspecto se ha descuido por parte del Gobierno Federal.
“La calidad de los productos chinos no cumple con las normas establecidas, se compran y al día siguiente se tiran, no hay garantías como las que dan los nacionales, los ciudadanos también deben cooperar, volverse más regionalistas o nacionalistas, no sólo hay que proteger la historia y los legados sino también la economía”.
Los productos chinos, considera, se han convertido en una opción real ante una crisis financiera y la falta de empleo. La gente los compra aunque no sean de calidad ni la mejor opción y mientras tanto el mercado nacional se debilita.
“No estamos en desacuerdo con competir, pero debe ser en igualdad de condiciones. En México se deben generar aranceles o impuestos de protección para la producción nacional”.
El despunte de China
Rodolfo Luna Walss, catedrático de la carrera de Comercio Exterior y Aduanas de la Universidad Iberoamericana, Plantel Laguna, coincide con los empresarios y comerciantes: en el caso de los productos chinos definitivamente hay una competencia desleal hacia México y Latinoamérica.
Y es por varios factores: al entrar a la Organización Mundial del Comercio (OMC), China despuntó.
Pero el catedrático considera que la ganancia competitiva en China está en el costo de su mano de obra.
“Podría pensarse como lo que ocurrió en México a finales de los ochentas y principios de los noventas que fue una reconversión de la mano de obra agrícola a la mano de obra industrial y que llegaron a México empresas extranjeras para aprovechar el bajo costo”.
Y añade: “a pesar de ese bajo costo de alguna manera las prestaciones sociales aunque magras no se perdieron, con muchos defectos se mantuvieron, las condiciones sociales para el trabajador y también económicas, mejoraron”.
Lo que está aprovechando China, asegura, es el bajo costo de su mano de obra con una flagrante violación a los derechos humanos.
“En China un trabajador se somete a una jornada de 12 hasta 14 horas, duerme y vive en las instalaciones de su planta, sale a la calle cada 15 días y los salarios son una tercera parte de lo que son aquí en México”.
China, asegura, está aprovechando la ventaja competitiva y otro factor es la propiedad intelectual. “A los japoneses se les critica que no son inventores, que copian, pero no cometen “pirataje”, en cambio el producto chino es copiado pero sin pagar los derechos que eso representa, es por eso que se pueden encontrar marcas falsas asiáticas a un precio menor en comparación con otros productos fabricados en Estados Unidos o Japón y peor aún hechos en México”.
Resume: por un lado está un bajo costo de mano de obra, una flagrante violación a los derechos humanos, el contrabando y el no pagar derechos de propiedad intelectual por los productos fabricados.
Lamentablemente, dice, falta mucho por hacer pero lo principal es proteger las fronteras. “No estoy hablando de cerrarlas, primero hay que cuidar el contrabando”.
Es necesario, dice, ser más estrictos con las revisiones arancelarias, ésa sería la primera parte, la otra consiste en todo el proceso legal y protocolario ante las instancias del comercio internacional para tratar de poner algunas barreras relacionadas con impuestos hacia productos que compiten y deterioran la economía mexicana.
“Lo que entra por Estados Unidos es importado por nosotros en México legalmente, no hay vuelta de hoja, al final de cuentas el mercado está demandando un producto y está dispuesto a pagar por él, el problema es el contrabando chino”.
Es importante considerar, dice, la defensa de los derechos humanos que en México son violados pero en China aún más, falta a toda ética laboral y eso en cualquier foro internacional se debe de discutir.
“Se habla mucho del monstruo chino pero el nivel de vida en ese país debe comenzar a mejorar, cuando mejore, el producto se va a encarecer y quizá se lleguen a tener economías similares pero mientras el tiempo pasa en México se van a pagar las consecuencias”.
Otros datos aportados por la Administración General de Aduanas sobre el combate al contrabando son:
· Dos decomisos de ropa china en el Centro Histórico de la Ciudad de México por 29 millones de pesos.
· Mil 340 toneladas decomisadas de ropa con valor superior a 120 millones de pesos, transporta-da en 62 trailers.
· Con un valor de 200 millones de pesos decomisan contrabando chino: 40 trailers con ropa, calzado y patines del diablo.
· Detecta la Aduana de Agua Prieta, Sonora, una red de contrabando al asegurar mercancía e imponer un crédito fiscal por más de cuatro millones de pesos.
FUENTE: Administración General de Aduanas