Le cambia la suerte
A tan sólo unos días de haber anunciado que construye una espectacular mansión en un exclusivísimo barrio de Miami Beach, Ricardo Bofill, novio de Paulina Rubio, parece que se quedará con las ganas de estrenar su casita nueva, pues todo indica que le esperan siete largos meses en prisión, meses en los que tendrá que conformarse con una reducida y precaria habitación. Bofill, escrito y graduado de la carrera de arquitectura, hasta hace poco se dedicaba a diseñar su lujoso nidito de amor frente al mar, pero la suerte le puso una mala jugada y el juicio que se seguía contra él en España por conducir bajo los efectos del alcohol, chocar contra un árbol y negarse a someterse a un examen de ebriedad, el cual fue suspendido el pasado 20 de mayo, se reabrió por segunda ocasión el viernes pasado, por lo que Bofill tuvo que viajar urgente de Miami, a su país natal y sentarse nuevamente en el banquillo de los acusados. Y aunque el arquitecto, asegura sentir confianza en la justicia española, el juez no tuvo compasión de él, y en su sugerencia mandó al marinovio de la Paulina directito al calabozo, además, le imputó una multa por más de seis mil dólares y por si fuera poco, le privó de su licencia de conducir por espacio de dos años. Ricardo, quien estuvo acompañado por su abogada, Judith Gene, declaró que el día del accidente, el 21 de julio del 2000, no había bebido. Sin embargo, tuvo que escuchar de boca de dos policías municipales de Sant Just Desvern (Baix Llobregat), localidad donde ocurrió el suceso y donde él vive, que sí presentaba síntomas de haber conducido borracho. "Le olía el aliento a alcohol", afirmó uno. Pero según el novio de la Rubio, esas son falsas acusaciones, pues ese día, únicamente había tomado unas cuantas copas de vino tinto. Bofill, aclaró que tras cenar en casa de su entrenador físico, conducía por una calle de Sant Just Desvern, pero antes de entrar en el estacionamiento de su casa, perdió el control del vehículo y chocó contra un árbol: “Entre los dos, nos bebimos media botella de vino. No tomé nada más. La charla se alargó y, por la mañana, cuando regresaba a su casa como a eso de las ocho, ocurrió el accidente. Estaba un poco dormido, pero bien. El coche se me fue cuando intenté coger el control para abrir la cochera. Y eso fue todo”, alegó Bofill, quien invitó a su entrenador y amigo personal, para ratificar su versión. Los agentes, sin embargo, contradijeron al novio de la Paulina e insistieron en que éste presentaba síntomas de ir bebido. Detallaron su comportamiento alterado, su somnolencia, su aliento con olor a alcohol, su deambulación. Un policía dijo: "Le comenté que tenía que hacerse el examen y empezó a alterarse. Me gritó: ‘No me toques, que no soy maricón y saca la pistola’. Después se dio media vuelta y se fue para su casa. Lo llamamos, pero hizo caso omiso". Esta última versión le sonó más verídica al juez, quien de inmediato dictó su veredicto y ahora todo indica que Ricardito, tendrá que soñar con su casita junto al mar desde la prisión; aunque él asegura, que aún le quedan esperanzas de que esa sentencia jamás se cumplirá.
¡Qué pareja tan moderna!
Apenas la semana pasada les comentaba del nuevo y muy joven galán, que trae loquita de amor a la sensual Demie Moore, bueno pues déjenme les cuento que todos los que asistieron el jueves pasado, a la premier en Hollywood, de la segunda parte de Los Ángeles de Charlie, se quedaron mudos al ver lo bien que se llevan, Bruce Willis y Ashton Kutcher, (ex marido y novio actual de la Moore, respectivamente). Durante el evento, en el que Demie lució más bella y simpática que nunca, ex marido y novio, estuvieron de lo más animados, platicándose anécdotas de la actriz y hasta aceptaron posar todos juntos, como una bella familia unida, ante las cámaras. Para más deleite de los chismosos que estaban en el lugar, las hijas de la actriz, Rumer, Scout y Tallulah, también parecían muy contentas con el jovencísimo novio de su mamá. Lo más comentado de esta historia, es que hasta la fecha, Bruce, no les ha presentado oficialmente a sus hijas, ninguna de las compañeras sentimentales que ha tenido desde que se divorció, mientras que Demie, ya va por la tercer pareja que lleva a casa y coincidencia o no, todos tienen menos de treinta años (Tobey Maguire, 27 y Colin Farell, 26), en tanto ella, ya brincó la barrera de los 40. En fin, que le dé cuerda mientras pueda, al fin que la vida es corta... Otras de las anécdotas más comentadas en dicha premier, fueron los chistosos accidentes que sufrieran la oriental Lucy Liu y la güerita Drew Barrymore. Cuentan que en el set de filmación, Lucy, estaba aprendiendo a soldar como parte de una escena que pronto grabaría, y en eso sintió un intenso olor a quemado y cuando volteo para ver qué era, se dio cuenta que su pantalón, a la altura de sus pompis se estaba quemando y comenzó a dar de gritos, ante las risas burlonas de Drew y Cameron, quienes siempre habían visto a la Liu, muy serena en todo. Como jugada del destino, a los pocos días, Drew, filmaba una escena en la que la sentaban con mucha fuerza en una silla, pero las cosas se salieron de control y el sentonazo que recibió la Barrymore fue tan fuerte que se lesionó el trasero. Durante varios días, la también protagonista de E.T., sufrió fuertes dolores al reírse, sentarse y lo peor de todo, al ir al baño... Quien dijo que ser actriz era cosa de niños.
Una barridita
Al que definitivamente le urge una buena barrida, es al papacito Mel Gibson, a quien parece seguirlo la mala suerte... Usted juzgue, si no... Hace unos meses, el actor se inscribió en unas clases de aviación, y cuando creía que estaba controlando el tema, se empeñó en pilotear sólo la nave, el maestro accedió, y a los pocos minutos de que Gibson despegó, este perdió el control y ¡zaz!, que se da tremenda estrellada. Afortunadamente no le pasó nada, pero los daños que tuvo que pagar ascendieron a más de 40 mil dólares... Pero eso no es todo, cuentan que recientemente, Mel, fue a comer a un restaurante de Santa Mónica, California, en compañía de unos amigos, y cuando el mesero llegó, se puso tan nervioso al ver quién era su cliente, que al tratar de dar el mejor y más rápido servicio a su prestigiado comensal, dejó caer, sin querer, su filoso cuchillo, cuya punta alcanzó a rozar la pierna del actor. De inmediato el mesero corrió por el equipo de primeros auxilios, pero Gibson, con toda calma se fue al baño y se curó por él mismo. Cuando regresó a su mesa, el dueño del restaurante y el mesero lo esperaban muy apenados, le ofrecieron llevarlo al hospital y hasta comprarle un pantalón nuevo, pero el galán se negó amablemente y hasta trató de calmar los nervios del mesero, quien estaba al borde del pánico. Finalmente las cosas se normalizaron y tanto el actor como sus acompañantes siguieron comiendo y hasta bromeaban sobre el asunto... No cabe duda que los verdaderos reyes de la fama, son los más sencillos personajes de Hollywood, pero de todos modos, insisto en que a Mel, le hace falta una buena limpia, no vaya a ser que la tercera sea la vencida.
¡Y yo aquí me despido, mucha suerte y hasta la próxima!