Agencias
LOS ÁNGELES, EU.- Reconocido como una de las estrellas de cine más populares del planeta debido al número de espectadores que lo admiran, el actor Chow Yun-Fat proyecta en persona un admirable sentido de tranquilidad y paz espiritual que no suelen tener los artistas de Hollywood.
Esa actitud que él mantiene hacia la vida está íntimamente ligada, como bien puede entenderse, a sus orígenes raciales, culturales y educativos.
Originario de una provincia pesquera de Hong Kong en la que pasó los primeros años de su vida, Chow Yun-Fat tardó menos tiempo en conquistar el fervor y los aplausos del público internacional del que necesitó su coterráneo Jackie Chan. Es por ello que logró hacer una fácil y hasta cierto punto sencilla transición al cine estadounidense.
“Me divierte trabajar en este país porque siento que estoy participando en un juego lleno de elementos fantásticos”, dice Chow Yun-Fat, protagonista del filme Bulletproof Monk que se estrenará hoy en todo el país.
“En Hong Kong nosotros no disponemos de tantos recursos económicos como los que tienen los productores de Hollywood para producir nuestras películas. Por ese motivo es que nos vemos obligados a darle un tratamiento muy realista a todo lo que hacemos”.
En una charla el pasado fin de semana, Chow Yun-Fat habló sobre los cambios que ha experimentado su carrera en los últimos años.
“Al principio, no sentí un gran entusiasmo cuando me llamaron por primera vez de Hollywood para que interviniera en The Replacement Killers”, explica el actor.
“Me parecía que no estaba suficientemente preparado como para venir a Estados Unidos y empezar una nueva carrera acá. Yo no sentía que era necesario, al menos para mí, salir de Hong Kong e ir a filmar películas en otras partes del mundo”.
“Quien me hizo cambiar la forma de pensar que yo tenía fue John Woo, quien me dirigió en las cintas A Better Tomorrow 1 y 2, The Killer y Hard Boiled”.
“John y yo somos muy buenos amigos y siempre ha sido una influencia muy positiva en mi carrera. Cuando le pedí su opinión acerca de la oferta que recibí para venir a Los Ángeles a filmar The Replacement Killers, me dijo que se trataba de una excelente oportunidad y que si me consideraba un poco inteligente, no la desaprovechara”.
“Yo creo que hice bien en escuchar los consejos de John Woo porque, aunque ésa fue una película relativamente pequeña, me abrió las puertas hacia un nuevo público”.
Ese primer paso que el actor dio con The Replacement Killers continuó después en las cintas The Corruptor, Anna and the King y Bulletproof Monk, tres filmes hollywoodenses con los que ha consolidado el lugar que ocupa junto a los astros más populares del cine contemporáneo.
“Me siento muy agradecido por la respuesta que se le ha dado a cada una de las cintas que he hecho fuera de mi país”, asegura con modesta actitud.
“Yo nunca creí que hubiera alguien que me conociera lejos de Hong Kong, China, Japón y algunos otras naciones orientales. Nuestras películas son tan pequeñas, en comparación con las que hacen aquí en Estados Unidos, que me parecía difícil que pudieran ser atractivas e interesantes para el público de otros países. Me alegra darme cuenta ahora que estaba muy equivocado cuando pensaba de esa forma”.
“La fama es algo a lo que todavía no puedo acostumbrarme”, señala el protagonista de Crouching Tiger, Hidden Dragon.
“A veces creo que soy una persona demasiado afortunada, cuando firmé el contrato para hacer The Replacement Killers, al que después se le añadieron los de The Corruptor y Anna and the King, no sabía qué tan grande iba a ser el impacto que iba a producir cada uno de esos filmes en mi vida personal y artística”.
“Antes, cuando tenía la oportunidad de viajar fuera de Hong Kong, era como si dejara de ser yo porque la gente dejaba de reconocerme en las calles y podía ir de un lugar a otro con relativa tranquilidad. Todo cambió rápidamente después que trabajé en mi primer filme estadounidense. A partir de entonces me di cuenta de los alcances que tiene el cine de este país en el ámbito mundial”.
Absolutamente convencido de que la industria fílmica de Hong Kong tiene una gran deuda artística con Hollywood, Chow Yun-Fat considera que buena parte del éxito que tienen las cintas producidas por su país se debe a la sabia e inteligente combinación que han hecho de elementos dramáticos orientales y occidentales.
“Muchos de nuestros directores aprendieron a hacer sus películas viendo producciones norteamericanas”, asegura. “Nosotros los actores también crecimos viendo esas mismas películas. Yo creo que asimilamos muy bien todo lo que encontramos en ellas”.
“Después incorporamos esos conocimientos a nuestro propio desarrollo artístico y cinematográfico. Creo que por ese motivo hemos podido mezclar con buen equilibrio lo mejor de ambas culturas”.
“No pienso que sea equivocado describir las cintas que producimos en Hong Kong como películas estadounidenses con sabor asiático. Especialmente aquellas que tienen una estrecha y muy directa influencia del género policiaco y las historias de violencia, crimen y acción urbana que transcurren dentro del contexto de las grandes ciudades modernas que hay en este siglo XXI”.
ACTOR CARISMÁTICO
Chow Yun-fat vio la luz el 18 de mayo de 1955 en una comunidad agrícola de Hong Kong, en la Isla de Lamma, de padres campesinos, muy pobres.
-A la edad de 10 años, desembarca en la gran ciudad con su familia. Su padre se convierte en marinero en un petrolero, su madre asistente.
-El joven Chow sigue un curso en una escuela maoísta pero, cuando se implica en la tormentosa Revolución cultural, en 1967, su madre lo inscribe en una escuela más "tradicional" que más tarde, a los 17, se verá obligado a abandonar para poder ayudar a su familia. Se dedica a un montón de trabajos: vendedor de productos de fotografía, taxista...
-Un amigo le aconseja entonces presentarse a un casting organizado por el estudio de televisión más grande de Hong Kong, la TVB, fundado por los legendarios hermanos Shaw. Le llaman dos semanas después, recibe treinta y cinco dólares y comienza a estudiar danza moderna y china, teatro y kung-fu. Con sus estudios acabados, firmó un contrato que le unirá a la cadena durante catorce años. A esta le siguen cientos de horas de sitcoms, de telenovelas y dramas.
-Su personaje de gigoló en la serie Hotel lo hace conocido en toda Asia, así como el de mafioso arribista en Shanghai Bund.
-En el cine, tras un debut desafortunado en películas de serie Z o en películas de erotismo blando, alcanza el éxito por fin bajo la dirección de Ann Hui (The Story of Wu-Viet) o Leong Po-Chi que con Hong Kong 1941 permite a Chow Yun-fat ganar el premio a mejor actor en el Asian Pacific Film Festival así como el ansiado Golden Horse al mejor actor en Taiwan.
-Un año mas tarde, es elegido por John Woo para encarnar al protagonista de A Better Tomorrow, a pesar de las objeciones del estudio que lo encontraban inadecuado para el papel. El film es un éxito, evidentemente, y el actor consigue el Hong Kong Academy Award al mejor actor.
-A pesar de la trágica muerte de Mark, su personaje de gangster con gran corazón, Woo le da el papel de un hermano gemelo, propietario de un restaurante y aventurero en Honor, plomo y sangre (A Better Tomorrow II), en 1987.
-Finalmente, Mark resucita para A Better Tomorrow, esta vez realizada por Tsui Hark. Esta serie de películas moralistas y con grandes dosis de violencia, versiones modernas de las películas de capa y espada, va a reventar el cine asiático y crear los héroes de Hong Kong de los años 90.
-Actor carismatico, puede interpretar comedias locas, filmes de acción pura (Hard Boiled, Asesinos de reemplazo) o dramas (The Killer, All About Ah Long), Chow Yun-Fat posee una presencia y una clase extraña. No tiene la fisonomía clásica para un actor asiático, ni las capacidades marciales.
FUENTE: Agencias