08 noveimbre 2003
Ginebra, (EFE).- El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha decidido no reabrir su sede en Bagdad y cerrará su oficina en Basora, segunda ciudad iraquí más importante del país, confirmó hoy la portavoz de la organización humanitaria, Antonella Notari.
Esta decisión es consecuencia del atentado perpetrado el pasado 27 de octubre, que provocó la muerte de doce personas, entre ellas dos vigilantes iraquíes del CICR.
Así, la única oficina de la organización humanitaria con sede en Suiza que continuará funcionando en Iraq será una ubicada al norte del país.
La medida fue conocida a través de declaraciones ofrecidas por el presidente del CICR, Jakob Kellenberger, a un diario de circulación en la Suiza de habla alemana, el "Tager Anzeiger", y que aparecen en su edición de hoy.
Antonela Notaria aclaró que esta decisión "no debe interpretarse como un retiro del CICR de Iraq, aunque evidentemente nuestras actividades quedarán fuertemente reducidas".
Al respecto, explicó que la organización pretende continuar con tareas que considera básicas, como la visita de prisioneros y el restablecimiento del contacto entre éstos y sus familiares, así como la ayuda de emergencia relacionada con el abastecimiento de agua y medicamentos.
Notari se excusó de dar cualquier detalle sobre el número de personas que continuarán trabajando en Iraq bajo la insignia del CICR porque "en estos momentos se trata de información altamente sensible".
Después del atentado, los delegados extranjeros de la organización, que hasta ese entonces sumaban treinta, fueron trasladados a Ammán, la capital de Jordania, donde se les consultó si deseaban ser relevados de sus puestos o continuar con su trabajo.
Los resultados de esas consultas y el número que decidió permanecer en Iraq se mantienen en reserva.
No obstante, Notari dijo que la medida no sólo implica una reducción de personal internacional, sino también de empleados locales, que hasta el día del atentado eran alrededor de 600.
En ese sentido, comentó que el CICR evaluará la mejor manera de continuar su misión sin poner en riesgo la vida de sus colaboradores en el terreno.
"Estamos reflexionando al respecto, estudiando las posibilidades de trabajar de manera más discreta, de una manera diferente a la que hemos conocido hasta ahora", comentó la portavoz, tras señalar que la organización pretende seguir asistiendo a las personas con las que tiene una "responsabilidad legal", es decir, los prisioneros de guerra.
Sobre la trascendencia de la decisión adoptada, Notaria recordó que tras el atentado de hace dos semanas, la oficina central del CICR en Bagdad en la práctica no funcionaba más, mientras que la decisión de cerrar la de Basora responde a que "las amenazas contra la personas que trabajaban allí y contra aquellas que la visitaban eran muy altas y no queríamos correr el riesgo".
Ni siquiera tras el atentado contra su sede en Bagdad, el CICR aceptó la protección militar de alguna de las fuerzas ocupantes dado que considera que una actitud de ese tipo no es compatible con su trabajo humanitario, de carácter independiente y neutral.
Cruz Roja italiana permanecerá en Iraq
La Cruz Roja Italiana permanecerá en Iraq, afirmó el comisario extraordinario de la CRI, Maurizio Scelli, tras la decisión de la Cruz Roja Internacional de abandonar de manera temporal por motivos de seguridad sus sedes de Bagdad y Basora.
"Respetamos la decisión de la Cruz Roja Internacional. El comité internacional no nos ha pedido que nos vayamos. Sólo nos ha recomendado que seamos prudentes y usemos todas las cautelas que el caso comporta", dijo Scelli a la agencia italiana Ansa.
El dirigente de la CRI insistió en que proseguirán con su labor, "ya que se ha creado una relación, que definiría visceral, entre los operadores de la Cruz Roja Italiana y los centenares de personas que todos los días llenan nuestro hospital".
"Nos piden que no les abandonemos y que no las dejemos a su suerte. Y no tenemos intenciones de traicionarles", precisó.
En Iraq prestan servicio 32 miembros de la CRI, entre médicos, enfermeros y técnicos. El organismo italiano está presente en el país árabe desde finales de abril.
Las Naciones Unidas, víctima de dos atentados en agosto y septiembre pasados, el primero de los cuales cobró la vida de su representante en Iraq y Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Sergio Vieira de Mello, también anunció recientemente el retiro provisional de todos sus funcionarios internacionales de Iraq.